A pesar de los tantos problemas que vive el país, a pesar de la discordia y de las divisiones que un gobierno sectario ha provocado en la sociedad venezolana, una vez más el ambiente navideño hace el milagro y nos lleva de nuevo a revivir las emocionantes y sugestivas sensaciones de la Navidad, la fiesta más antigua que celebra el hombre y que se repite ininterrumpidamente desde aquel día en que nació un Niño en Belén, y que se renueva todos los años, con distintos matices pero con el mismo y profundo sentido de amor entre los hombres de buena voluntad. Y frente a esa maravillosa realidad que todo el mundo, creyente o no creyente, vive y percibe hasta en las fibras más íntimas de su alma, nos sentimos todos más disponibles y más buenos.

Con la esperanza de que esa predisposición positiva no se limite a esa semana navideña sino que se extienda en el tiempo; quiero aprovechar entonces  para enviar a todo el mundo un sincero augurio de Paz: Paz y Feliz Navidad para nuestros seres queridos, para que iluminados por ese Espíritu y a través del compromiso del perdón por los agravios recibidos, puedan disfrutar a plenitud de la intimidad familiar…Paz y Feliz Navidad a ese país afligido por unas contiendas sociales como nunca había tenido y donde hay un gobierno que discrimina a su pueblo entre los que, por interés o por convicción lo apoyan y los que democráticamente lo adversan, sembrando con esa actitud parcializada, odio y violencia…Paz y Feliz Navidad a todos para que en esta Venezuela martirizada, la salud no siga siendo un opción o un beneficio exclusivo de ciertas clases sociales sino un derecho sacrosanto de todo el mundo y para que haya un poco menos de indolencia y un poco más de seguridad…Paz y Feliz Navidad a todos los medios de comunicación social, para que tengan siempre el coraje de ofrecer una información veraz y correcta, cumpliendo con la doble función de informar a la nación de una manera imparcial y objetiva tomando conciencia con valentía de que ellos son la única defensa natural contra la arrogancia y la hegemonía del poder…Paz y Feliz Navidad a las familias, a esas desastradas y muchas veces olvidadas familias, esencia y núcleo primario  de nuestra sociedad, para que sepan transformarse en verdaderas palestras  formativas donde los hijos aprendan a discernir el bien del mal.

Que ese espíritu navideño que embarga a todos los hombres, creyentes o no, constituya el impulso primario para iniciar ese proceso de renovación y de cambio que este país tanto necesita.  Este es mi mensaje de Navidad para  los tantos venezolanos de “buena voluntad”  que sin duda alguna representan la aplastante mayoría! Enhora buena Venezuela!                                                                                   p.montanaritigri@fastwebnet.it

Desde  Italia – Paolo Montanari Tigri




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