El Gobierno francés va a trabajar en un proyecto de ley que se presentará en mayo para forzar a las plataformas de internet a actuar contra los mensajes de odio publicados por sus abonados, lo que les obligará a retirarlos rápidamente y a identificar a los autores.

El secretario de Estado de la actividad digital, Mounir Mahjoubi, explicó este jueves que las plataformas tendrán unas «obligaciones de medios» humanos y tecnológicos para poder localizar ese tipo de mensajes y suprimirlos, pero también para llegar hasta quienes los han puesto en línea para que tengan que responder ante la justicia.

«Vamos a poder atraparlos uno por uno y sancionarlos», explicó en una entrevista a la emisora «France Info» Mahjoubi, que hizo notar que las redes sociales o servidores ahora tardan semanas o meses porque no tienen una obligación de resultados, que es lo que se les impondrá bajo la amenaza de multas.

La redacción del proyecto de ley correrá a cargo de la diputada Laetitia Avia, de La República en Marcha, el partido del presidente francés, Emmanuel Macron. De acuerdo con los primeros elementos que se han filtrado, el plazo para retirar los contenidos delictivos será de 24 horas y las multas podrían llegar a un millón de euros.

Mahjoubi desarrolló los anuncios que hizo el miércoles por la noche Macron, durante la cena anual del Consejo Representativo de las Instituciones Judías de Francia (CRIF), para atajar el tirón de actos antisemitas que se ha constatado el pasado año, y muy particularmente en los últimos días.

Macron avanzó que se impondrán «sanciones a la sociedad digital» y que el objetivo es «poder prohibir la presencia en una red social de personas culpables de declaraciones racistas y antisemitas, como se prohíben los hinchas violentos en los estadios».

Aunque descartó una interdicción general del anonimato en internet, dijo que quiere que «se publiquen las condenas por actos racistas y antisemitas».

El jefe del Estado anunció que Francia adoptará una nueva definición del antisemitismo que integre también el antisionismo, en concreto la fijada por la Alianza Internacional para la Memoria del Holocausto (IHRA). Su justificación es que «el antisionismo es una de las formas modernas del antisemitismo».

Esa definición de la IHRA considera antisemitas manifestaciones que pueden dirigirse contra el Estado de Israel «concebido como una comunidad judía», pero excluye «las críticas de Israel a un nivel similar a las formuladas contra otro país».

El presidente francés indicó igualmente que ha pedido que se declaren ilegales tres organizaciones de extrema derecha -Bastion Social, Blood and Honour Hexagone y Combat 18- y más en general las asociaciones «que por su comportamiento promueven la discriminación o hacen llamamientos a la acción violenta».

Macron constató que «desde hace varios años, y la situación se ha agravado todavía más estas últimas semanas, nuestro país como el conjunto de Europa y la casi totalidad de las democracias occidentales, se enfrenta a un resurgimiento del antisemitismo inédito desde la Segunda Guerra Mundial».

Y añadió que «desde hace varios años, el antisemitismo mata de nuevo en Francia». EFE




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