La planta de craqueo catalítico en lecho fluido (FCC) de la refinería El Palito, Puerto Cabello, indispensable para la producción de combustible, hasta la fecha no ha sido reactivada debido a que presenta daños severos, señaló este jueves 23 de abril el sindicalista petrolero, Iván Freites. Por esta razón no se puede hablar de un colapso.
Como parte de un intento por reactivar la producción de gasolina, en medio de una aguda escasez que se ha mantenido por más de un mes, el pasado 10 de abril Pdvsa reanudó parcialmente las operaciones en el complejo refinador carabobeño con la activación de la planta destiladora, que solo produce destilados, no combustible.
Según Freites, la planta FCC se encuentra parada desde 2017 aproximadamente, cuando colapsó por completo. Desde entonces no han podido reactivarla por, entre otras cosas, falta de personal calificado para operarla y fallas contantes en los servicios de agua y electricidad, detalló.
“Esa planta (FCC) tiene daños que son de años”, dijo hoy a El Carabobeño el también secretario general del Sindicato Unitario de Trabajadores Petroleros y Gasíferos de Falcón. “Ellos pretendieron solucionar esos problemas en 10 días y era muy difícil que es planta arrancara”.
Aunque ha circulado información que señala la supuesta reactivación de la FCC y su posterior colapso, el líder sindical fue enfático en aclarar que El Palito se mantienen sin producción de gasolina porque la planta catalítica “nunca arrancó”.
Para que el sistema catalítico de El Palito pueda funcionar, debe operar con su capacidad mínima de procesamiento por lo menos, que son 55 mil de los 70 mil bd que debería recibir. Así lo indican los reportes técnicos de Freites. “Por debajo de esa carga, no funciona bien y es muy riesgoso ponerla a trabajar en esas condiciones”.
Se conoció, además, que desde mediados de marzo Pdvsa habría iniciado el proceso de reparaciones en El Palito, con el enfoque en el craqueador catalítico, mediante el uso de piezas y equipos de otras refinerías nacionales. Para el gremialista petrolero, esta medida representa una mala praxis, ya que cada complejo refinador tiene una capacidad diferente y, por lo tanto, sus sistemas poseen especificaciones y características distintas.
