Isla en La Romana repleta de basura y aguas negras. (Foto: Ángel Chacón)

El desastre de basura es constante, la isla de la avenida La Romana de Ricardo Urriera parece un bote al aire libre. El aseo pasa todos los días a distintas horas, pero la problemática persiste, los culpables: la comunidad.

Maribel Castellano, trabaja en una farmacia frente a la isla de basura, a pesar de que el aseo es persistente en la zona los desechos no desaparecen.

Maribel Castellano debe convivir con los malos olores. (Foto: Ángel Chacón)

Los afectados de esta situación son los que viven o tienen negocio cerca de la isla porque el resto de la comunidad y otras personas que se acercan en carro desechan sus desperdicios en el lugar.

En ocasiones los camiones recolectores de basura pasan dos veces al día, pero no han terminado de cruzar la avenida cuando los vecinos están lanzando sus desechos, declaró Castellano.

Aseo recogiendo la basura en horas de la mañana en La Romana. (Foto: Ángel Chacón)

En la comunidad y cerca de la isla también hay un desbordamiento de aguas residuales que lleva más de tres años, comentó la farmacéutica. Hidrocentro ha realizado labores de limpieza en las tuberías pero no es suficiente para terminar con la problemática.

Los vecinos cercanos deben enfrentarse a los malos olores, y los comercios a pérdidas de clientes. Pero sus problemas siguen, en La Romana la inseguridad acecha a la comunidad.

Castellano cerraba la farmacia a las ocho de la noche, pero ahora, desde hace varios meses, antes de las seis de la tarde se pueden observar sus santamarías abajo.

La cochinera

El cana fue apodado La Cochinera por los vecinos de Bicentenario II. (Foto: Ángel Chacón)

“La cochinera” este fue el nombre dado por los vecinos del barrio Bicentenario II al canal de la calle Celio Celli. Aguas negras y basura lo adornan.

En la comunidad el aseo pasa una vez por mes, sin embargo no se asoman al canal. Las casas cercanas sufren malos olores y enfermedades.

La hija de Mariela Moncada sufre de alergias y gripe, es algo constante. Su casa está al lado de La Cochinera, los olores pestilentes penetran en su vivienda. La misma Moncada ha pasado por afecciones respiratorias.

Mariela Moncada debe soportar los malos olores que tienen enferma a su hija. (Foto: Ángel Chacón)

Al igual que en La Romana, parte de la comunidad y vehículos que transitan por la zona utilizan el canal como basurero sin preocuparse de los padecimientos de los que viven cerca.

La casa de Miguel Pérez queda frente al canal, tiene una bebe de dos meses de nacida que ha sido ingresada en dos oportunidades en el hospital por enfermedades respiratorias.

La familia trata en lo posible de tenerla encerrada en una habitación para que no tenga contacto con los olores y gérmenes provenientes de la cloaca y basura. A pesar de los cuidados, la niña se enferma.

Mariela Moncada expresó que se producen incendios en el canal y ningún organismo se acerca a extinguirlo. La joven con ayuda de la familia Pérez se encargan de apagarlo.

“Hace 15 días ocurrió otro incendio, le eché toda el agua de la casa y no se apagó, pasamos tres días conviviendo con el humo” relató.

Muchos de estos incendios los producen las personas que se meten en el canal buscando cobre en la basura, o por los delincuentes que hurtaron los cables de las viviendas y los queman en La Cochinera. El cobre se ha convertido en el nuevo negocio, detalló Moncada.

El canal es utilizado para quemar el cobre hurtado por los delincuentes. (Foto: Ángel Chacón)

Los declarantes comentaron que la Junta Comunal conoce la problemática pero no ha realizado ninguna actividad para ayudarlos, solos escuchan las quejas. Los afectados tampoco se han dirigido a ningún organismo público para presentar la situación.

Los vecinos piden que la Gobernación o Alcaldía de Valencia se acerque a la zona, realicen inspecciones y brinden soluciones.

Más islas de basuras

Isla de la avenida Lisandro Alvarado repleta de basura. (Foto: Ángel Chacón)

En la avenida Lisandro Alvarado es común ver la isla que separa las direcciones de la vía, llena de basura.

En esta zona el aseo también pasa, pero son más las personas que lanzan sus desechos que el aseo que pueda acabar con esta problemática.

Ramón Gutiérrez, vende verduras frente a la avenida, los malos olores reducen sus ventas. Muchos clientes se quejan y ven como poco sanitaria su ubicación.

Indigentes en busca de cobre y utensilios rompen las bolsas y generan más desastres. Gutiérrez declaró que a pesar de los esfuerzos del aseo, la isla siempre se mantiene sucia.




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