La crisis no se detiene, mientras tanto, más sectores de la economía y comercios siguen siendo golpeados por este fenómeno, como es tradición, los venezolanos en diciembre compran sus fuegos artificiales para festejar en familia la navidad y la llegada del año nuevo, pero en esta oportunidad la mayoría de los locales autorizados por el gobierno en Caracas tenían sus santamarías abajo y la falta de clientes se hizo sentir.
De los 78 locales dispuestos para la venta de los artículos pirotécnicos sólo 28 abrieron sus puertas, esto por temor a que perdieran la inversión, afirmó Tanía Bracamonte, una de las vendedoras quien admitió que muchas personas no estaban dispuestas a pagar 3 mil 500 bolívares por una caja de fosforos.
Alrededor de un 60% fue el descenso que este año presentaron las ventas de fuegos artificiales, así dio a conocer la comerciante junto con otro compañero de ventas. Ambos relacionaron los números que obtuvieron en el 2015 con este y reflejaban la gran diferencia, aunque las ganancias no eran malas, tampoco se podía decir que eran buenas.
Los comerciantes de la feria coincidieron en que los productos más vendidos son los que comúnmente manipulan los niños. La mayoría los precios oscilaba entre 2.000 bolívares y 600.000 bolívares.
“Aquí lo que nos mató fue el dólar”, expresó otro vendedor. Dijo que muchos de ellos compraron los productos importados a precio del dólar paralelo cuando subió, y debieron bajar los precios cuando el indicador registró una merma, lo que se traduce en pérdidas. Otros compraron a consignación y cuando tuvieron que pagar los proveedores habían incrementado los costos.
En las demás regiones la situación fue igual o peor. En Carabobo se percibieron muy pocas personas vendiendo pirotecnia, el desanimo por la situación económica afecto en el deseo de celebración de los venezolanos.
