Foto EPA/EFE
La consternación se apoderó este domingo del Dakar con la muerte del piloto portugués de motos Paulo Gonçalves (Honda), uno de los miembros más queridos y respetados de la caravana, que fue víctima de un fuerte accidente en una de las etapas de más velocidad que se recuerdan en el rally.

El fallecimiento de Gonçalves, de 40 años, dejó en un segundo plano la nueva victoria de etapa en coches del español Carlos Sainz (Mini), que volvió a aumentar mínimamente su ventaja como líder, y la primera en esta edición del rally del argentino Kevin Benavides (Honda) en motos.

El campamento del Dakar en Wadi Al Dawasir, lugar de llegada de la séptima etapa, se quedó en silencio al conocerse el fallecimiento de Gonçalves, primera víctima mortal del rally en cinco años, desde que en 2015 falleció el polaco Michal Hernik por deshidratación.

‘Speedy’ Gonçalves, que corría su decimotercer Dakar, fue víctima de una fuerte caída y un gran impacto en la cabeza, durante un tramo en un camino de tierra plano que invitaba a ir a gran velocidad.

«Recibimos una alerta de una fuerte desaceleración y a continuación una parada brusca de la moto de Paulo», explicó el francés David Castera, director del rally.

PRICE SE «SACRIFICÓ» POR SALVARLO

El primero en auxiliar a Gonçalves fue el australiano Toby Price (KTM), ganador del último Dakar, que, a pesar de que peleaba por ganar la etapa, se detuvo, hizo la llamada de emergencia y acompañó a su rival más de una hora junto a los médicos.

Los especialistas encontraron al luso inconsciente y con una parada cardiorrespiratoria, intentaron reanimarlo sin éxito y luego lo trasladaron por vía aérea al hospital de Layla (Arabia Saudí), donde solo se pudo certificar su muerte.

Antes de que se lo llevasen, también se detuvo el argentino Kevin Benavides (Honda), a pesar de que había marcado los mejores tiempos en los primeros parciales de la etapa, pero el tiempo empleado en interesarse por el piloto luso le fue compensado después y por eso terminó ganando la etapa.

Lo mismo ocurrió con Price, que terminó cuarto al compensar el tiempo detenido al lado de Gonçalves. El australiano, capaz de haber ganado el Dakar el año pasado con una muñeca rota, se quebró al llegar al campamento, sin poder decir palabra, todavía conmocionado por el estado en el que había encontrado al portugués.

250 KILÓMETROS EN ‘SHOCK’

La escena también hizo descentrarse al resto de pilotos que pasaban luego por ese punto, como la española Laia Sanz o el chileno Ignacio Casale, líder del rally en quads. «No me he podido concentrar. He venido todo el tiempo pensando en eso», indicó Casale, que hizo 250 kilómetros conmocionado por el accidente.

Entre esos pilotos también estaba el portugués Joaquim Rodrigues (Hero), cuñado de Gonçalves, que también abandonó el rally, completamente desolado y desconsolado en mitad del desierto.

UNA ETAPA PARA IR A FONDO

Precisamente la séptima etapa del Dakar, entre la capital Riad y Wadi Al Dawasir, tenía la especial más larga de todo el rally, con 546 kilómetros cronometrados, y contaba con multitud de zonas para ir con el acelerador a fondo, como el sector donde se accidentó Gonçalves.

«Demasiado rápida para mi gusto», señaló al bajarse del coche el piloto español Carlos Sainz (Mini), ganador de la etapa en coches y líder de la general, cuyas palabras cobran todavía más relevancia si se tiene en cuenta que es dos veces campeón del mundo de rallys.

Sainz completó los 546 kilómetros en apenas 4 horas y 16 minutos y su velocidad media fue de unos 140 kilómetros por hora, una barbaridad para ir campo a través.

MÁS DE 50 KILÓMETROS A CASI 160 KMS/H

En un sector llano de más de 50 kilómetros su velocidad promedio llegó a casi 160 kilómetros por hora. Solo las zonas de dunas aminoraron ese promedio.

El madrileño ganó así su tercera etapa en este Dakar y estiró su ventaja sobre el catarí Nasser Al Attiyah (Toyota) a 10 minutos y sobre su compañero de equipo Stéphane Peterhansel (Mini) a 19 minutos.

«Ha sido la etapa más rápida desde que corro el Dakar», aseguró Peterhansel, que participa en esta carrera por trigésima vez, con trece títulos en su haber, de ellos seis en moto y siete en coche.

ALONSO REPITE SEXTA PLAZA

«Hemos ido a tope, ha sido una etapa sencilla en ese sentido. Había zonas de kilómetros que ibas en sexta con el volante recto», indicó el español Fernando Alonso (Toyota), que volvió a quedar sexto y ya son cuatro etapas de siete en las que queda entre los diez primeros.

El asturiano pudo incluso quedar más arriba de no ser por un pinchazo y la repentina rotura del neumático que rompió una parte posterior del coche, lo que según el campeón de Fórmula Uno le restó velocidad para la parte final del especial.

A última hora del día, la dirección de carrera aceptó la petición de los pilotos de motos y quads de cancelar la octava etapa para estas dos categorías, cuyos participantes aún siguen consternados por la pérdida de Gonçalves y a los que les iba a tocar enfrentarse a condiciones similares, con una recta de 40 kilómetros para ir a fondo.




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