EFE.-

Los servicios veterinarios y médicos deben coordinarse mejor para detener la transmisión de la tuberculosis (TB) animal a las personas, según el nuevo plan lanzado por la ONU y otros aliados para combatir esa enfermedad.

Reducir el impacto económico de la tuberculosis bovina y la transmisión de esa enfermedad a los humanos, es la meta trazada por estas organizaciones, señaló a EFE el experto de la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) Ahmed el Idrissi.

«La tuberculosis es una enfermedad desatendida por la falta de compromiso político, concienciación y fondos para hacerle frente, afirmó el técnico, quien destacó la importancia de desarrollar una mayor colaboración entre disciplinas y un enfoque unificado.

La TB zoonótica, la forma de tuberculosis que se da en personas por contagio animal, está causada sobre todo por el consumo de carne o productos lácteos contaminados sin tratar de animales enfermos.

Más de 140.000 personas enferman y 12.000 mueren cada año por esa enfermedad, sobre todo en África y el Sudeste Asiático, de acuerdo con la OMS.

Para contribuir a los esfuerzos globales por erradicar la tuberculosis para 2035, la Organización Mundial de la Salud (OMS), la FAO, la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE) y la Unión internacional contra la tuberculosis y enfermedades respiratorias elaboraron una hoja de ruta conjunta con vistas a abordar la parte del problema que procede de los animales.

El plan se compone de 10 prioridades, entre ellas la recogida de mejores datos sobre la incidencia de la TB zoonótica en las personas y de la TB bovina en el ganado y la fauna silvestre, que también puede verse infectada y acabar siendo una amenaza para su conservación.

También se aboga por aumentar las herramientas de diagnóstico de la enfermedad en animales (a menudo no están disponibles), reforzar la investigación, mejorar la inocuidad de los alimentos e incrementar la concienciación, las inversiones y las capacidades para reducir la prevalencia de la tuberculosis en el ganado.

Y ante la falta de un tratamiento efectivo contra la enfermedad en bovinos, la estrategia actual pasa por identificar aquellos animales que se han visto infectados y sacrificarlos, explicó Idrissi.

El problema es que muchos países de bajos y medianos ingresos, donde la prevalencia de la tuberculosis bovina es alta, tienen una «capacidad limitada» para llevar a cabo el diagnóstico y compensar a los productores que deben sacrificar a los animales infectados.

Otras veces falta implementar de forma práctica el marco legal ya existente, que establece el análisis regular de los animales hasta reducir la incidencia de la enfermedad.
Reconoció que muchos animales se siguen sacrificando en los patios traseros, sin la inspección veterinaria que se realiza en los mataderos, y no existen las instalaciones necesarias para probar la contaminación en los animales.
Pese a las dificultades, el experto aseguró que es necesario abordar la enfermedad en su fuente animal, reforzando la capacidad de los servicios veterinarios para detectar la TB bovina y las medidas de higiene (pasteurizando, por ejemplo, la leche) con el fin de evitar el contagio en humanos. EFE




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