La Parranda de San Pedro de Sarria, es una manifestación tradicional, declarada por el Instituto del Patrimonio Cultural (IPC) Bien de Interés Cultural según P. A. N° 003/05 del 20 de febrero de 2005, publicada en la G. O. N° 38.234 del 22 de julio de 2005. Vale decir, La Parranda de San Pedro de Sarria, es heredera de las Parrandas de San Pedro de Guarenas y Guatire, elementos inscritos en 2013 en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad o Lista del PCI de la Humanidad proclamada por la UNESCO.

En Sarria (populosa barriada de la ciudad de Caracas), la tradición y devoción a San Pedro Apóstol, inicia con una promesa hecha en la esquina de San Pedro, un 29 de junio de 1920 por los señores Pablo Linares y Lucio Blanco. Hoy en día, la expresión cultural Parranda de San Pedro de Sarria es legada en manos del «Promesero Mayor» Efrén Jiménez y sostenida por la agrupación musical «Alegría Sarrieña» junto a los demás colaboradores.

La Parranda de San Pedro data de la época colonial/republicana, cuando una esclavizada de nombre María Ignacia, imploró al santo que curara una enfermedad de la que padecía su hija Rosa Ignacia; a cambio de este favor, ella le ofreció, bailar en su honor el día de su fiesta. Concedido el favor, María Ignacia se agravó y por tal motivo ella legó en su marido a cumplir la promesa, esta es la razón por la que, en esta tradición, un hombre va vestido de mujer, para simular la acción efectuada, hace años por el esposo de dicha esclavizada.

Cada 29 de junio, luego de la misa de seis de la tarde, Los Parranderos y «Las Mujeres», más el resto de los devotos sacan en procesión la imagen del santo desde el Santuario de María Auxiliadora de los padres salesianos, la cual transita las calles de la avenida Andrés Bello en el desarrollo de sendas rutas que, comprenden un recorrido con paradas, visitas a casas de familias, hospitales e instituciones públicas y privadas con coplas, toques de cuatro y maracas.

La procesión inicia aproximadamente a las siete de la noche, realizándose un primer encuentro de San Juan Bautista y de San Pedro Apóstol en la puerta de la iglesia. Cabe decir, la procesión, paseo y recorrido culmina entre las esquinas San Pascual y San Pedro antes de las doce de la noche y cierra con un segundo encuentro o careo de los santos. Los creyentes de San Pedro acompañan al santo con oraciones y peticiones particulares escuchando al fondo los repiques de tambores en honor a San Juan.

En esta fiesta, los parranderos visten un paltó levita con pantalón negro, franela blanca, un sombrero de copa (pumpá) con cinta roja alrededor y se pintan la cara con «negro humo» para simular el color de los esclavizados afrodescendientes. ¡Bienvenidos a la fiesta de San Pedro!




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