1883 es el año que los investigadores del bolero señalan como fecha de su invención. Se reconoce a Tristezas como la primera pieza acabada, en forma y estilo, del nuevo género y como su compositor al santiagueño Pepe Sánchez porque Tristezas me dan tus quejas de mujer.

Fue a estrenarlo en una Peña que se reuníaen la casa de Sindo Garay. No hay prueba de amor que deje entrever/cuanto sufro por ti, Letras en las que brotan las claves sentimentales e inseparables que unen este género al alma humana: Tristezas, quejas, sufrimientos, despechos, la exultante pasión que arrastra al trono mayor de todos los boleros: el amor. Claves que se fueron extendiendo de lo romántico a lo social como se observa en otro bolero de Pepe Sánchez, En un calabozo, muy cantado en la época de la dominación norteamericana. En un calabozo lóbrego y sombrío/de aguas calizas sus paredes llenas. O en la canción que en la década del cincuenta compone el músico Guillermo Castillo Bustamante, preso político de la dictadura en la Guasina y Ciudad Bolivar a su hija Son tus cartas mi esperanza y aunque sean tonterías escríbeme.

En los años veinte, uno de los grandes de la música cubana, Alberto Villalón. Musicaliza un poema del padre Borges, La Boda negra. Oye la historia que contóme un dia/el viejo enterrador de la comarca/ era un amante que por suerte impía/su dulce bien le arrebató la parca.

¡Oh virgen de Altagracia¡,/Quizá un día se acuerde de mi. Muchos son los  nombres de los que hay que acordarse, boleristas nativos o residenciados en Valencia, unos famosos y otros apreciados por amigos en una parroquia. Don Julio Centeno con su humildad recostada a las noches del Bar de   los Morales en Los Colorados, Mirna Castellanos  llevada de manos de su mamá a los estudios de La Voz de Carabobo, Carlos Mata, después actor de telenovelas, Nombres y momentos que se esfuman en los recuerdos.

El bolero, espejo de las desdichas y los desengaños, podía compartirse en un local de lujo o en un mabil de San Blas lleno de humo, oloroso a perfumes baratos y cerveza sudada. Donde no había música en vivo, había una persona postrada a una misma y repetida tecla A13 o una voz expontánea con permiso previo para hacerlo bien o desafinar. Y todos en coro Yo no he visto a Linda o escoltar al cantante en yo siento en el alma/tener que decirte.

Usted lleno mi vida/de dulces inquietudesy para levantar cualquier quebranto aparecía la parranda de boleros del carpintero, fino guitarrista y famoso cátcher del Vencedores de Valencia, Juan de Mata Osta, acompañado por Ramón Reyes. O el viejo Torrence de Naguanagua y Richard Tuozzoen La Pastora que solían cantar boleros al pie de una ventana cuando no había balcón. Y se podía mostrar como pasaporte para bien disfrutar la voz de Quique Aponte después de un entrenamiento en el Bar La Ceiba.

Toda una vida/ te estaría esperando. Intérpretes caseros de boleros hubo muchos en Valencia. Entre éstos destacaban Pedro Rojas, Gerente de Helados El Polo; José Alberto Pérez del Dividendo Voluntario para la Comunidad quien se esmeraba en el Club Hípico con su repertorio preferido, Motivos y Puerto Cabello de Pizzolante y Contigo aprendí de Manzanero. Una rosa pintada de azul es un motivo, Italo Lamanna tocaba el piano y cantaba boleros de Los panchos. El dueño de los Autocines, en su casa de Guataparo, acondicionó un Pub para cantar, conversar y tomar.Toda una vida, Te estaría esperando. Bolerista magnífica fue Nereida Sánchez quien perteneció al Coro de la Facultad de Economía dirigido por Henry Herrera. Irene de Gregorio con muy buena voz. Y en casa del profesor Luckert en Los Sauces, su hija Marga. Ya no estás más a mi lado corazón.

En la década del sesenta en la Orquesta Universidad competía el bolerista Luciano Guevara, el médico Ovelio Quiroga. Aunque dicen que la distancia es el olvido, aun se recuerda a dos barberos del local frente al Rectorado, Judith Rodríguez y su esposo Alfredo Ganaím como fundadores del Trío Los Soles. Los Abúfue un trio que tuvo su buen público, integrado por su director y cantante Alex Rodríguez Martí y los hermanos Víctor Fernando y Antonio García Marvez, de una familia de músicos con un sordo, Rafael García Marvez. El trío Evocación de los hermanos Aponte soltaba el trino tanto tiempo disfrutando de este amor,

Siempre que te pregunto/ qué cómo, dónde y cuándo decimos que la música en Carabobo es una historia sin historiador. El ex rector de la U.C., Eli Mercado le confirió dignidad para integrarse al mundo académico e investigar la evolución regional de sus vínculos con el arte y las expresiones de la cultura popular. Quizá, Quizá, Quizá.

La iniciativa de una Cátedra, cómo si fuera esta noche la última vez, del bolero provino de un grupo de profesores amantes del género encabezados por el Ingeniero José Francisco García Marcano. Ellos recibieron el apoyo entusiasta de Elis Mercado y contaron con las oportunas diligencias del Director de Relaciones Interinstitucionales, Luis Enrique Vizcaya.

Nadie comprende lo que sufro yo. Según Tania García, la gran armadora del funcionamiento práctico de la cátedra, ésta tuvo un precedente en una jornada de coloquios realizada bajo el nombre La eterna presencia del bolero. Años después, en 1983 se creó la Cátedra Libre Alfredo Sadel para el estudio de la Música Latinoamericana, bajo la dirección de García Marcano quien la condujo hasta su muerte en 1980.

La otra importante y recordada institución dedicada al bolero nació desde anécdotas y tragos entre Italo Pizzolante y García Marcano: la Fundación Boleros del Mar la cual tuvo su acto inaugural en la Hermandad Gallega en 1994 gracias a la labor de un equipo coordinado por Tania García e integrado por Teodoro Amaya, Dilia Mujica, Nancy Carcelen, Roberto Pérez y Gamal Rugeles. Los catedráticos García Marcano, José Luis Zurita, Raúl Sanoja, el profesor Briceño daban sus conferencias y se creaban Peñas en La Isabelica, Naguanagua, La extensión de la U.C. en La Morita.

El mar y el cielo se ven igual de azules y a través de estos festivales se promocionó la escucha del bolero en vivo con artistas invitados y cantantes valencianos entre los que se encontraban Tania y su hijo Gamal Rugeles; Juan Carven; Marlene Rodríguez, el pianista Ibrahim López, Judiht Moreno. La Fundación envió una nutrida delegación de boleristas de Valencia al Festival del Bolero de Cuba en la edición en homenaje a Benny Moré.

Es el bolero el que nos permite sentir y finalmente decir donde quiera que sea que la única, magnífica, primera/Para siempre es la palabra libertad, según Daniel el inquieto.  

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