Reactivación del aparato productivo es lo que solicitan de manera urgente las fuerzas vivas de la entidad carabobeña. Desde la transnacional Ford Motor de Venezuela ubicada en la Zona Industrial de Valencia, los dirigentes de distintas organizaciones lamentaron la debacle del otrora parque industrial de Venezuela. La muestra es que de cinco mil empresas que había en Carabobo hoy quedan dos mil en pie y de ellas solo trabajan 600, pero a un 20% de su capacidad instalada.
Ford, General Motors, Chrysler, Goodyear, son algunas de las empresas relacionadas al sector automotriz que decidieron cesar sus operaciones por distintas razones dejando a miles de trabajadores a la deriva.
De acuerdo con Johnny Magdaleno, secretario general de la Federación de Trabajadores de Carabobo (FetraCarabobo), se necesita un acuerdo nacional para salvar a la industria venezolana. El dirigente pidió la eliminación de la gaceta 2.792 que cercenó el derecho a la discusión de la convención colectiva, en especial el artículo 148 el cual permite la suspensión de los trabajadores sin retorno a sus puestos de empleo.
También indicó que los trabajadores del sector privado deben ser vacunados contra la COVID-19 para que puedan reingresar a sus puestos de trabajo con mayor protección.
Para Magdaleno es contradictorio que el ejecutivo nacional se denomine obrerista mientras implementa políticas económicas erróneas que hoy se traducen en el cierre de 3 mil empresas para quedar únicamente 2 mil, de las cuales solo funcionan 600 que trabajan a solo 20% de su capacidad.
En cuanto al salario, refirió que un trabajador devenga 3$ y un almuerzo se cotiza en aproximadamente 6$.
La protesta la acompañaron representantes de la Asociación de Profesores de la Universidad de Carabobo (APUC), Colegio de Enfermeras y Enfermeros, sindicato de la Construcción, Sintraenseñanza, sindicato del Volante.
La presidenta del Colegio de Enfermería del Distrito Capital, Ana Rosario Contreras, acudió a la actividad y aseguró que en la Zona Industrial se evidencia la destrucción del sistema productivo en Venezuela y que afecta a la clase trabajadora del país.
La dirigente gremial habló sobre los 680 miembros del personal de salud que han fallecido con clínica sugestiva para la COVID-19, cifras que a su juicio demuestran la desconexión del Estado para garantizar la protección a los trabajadores sanitarios. Contreras se sumó a la propuesta del acuerdo de salvación nacional como un mecanismo para obtener ayuda humanitaria que incluya el plan de vacunación con vacunas certificadas y autorizadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Sobre la vacuna cubana Abdala, la cual llegó a Venezuela para formar parte del plan masivo de vacunación, la profesional de enfermería con más de 38 años de servicio, acotó que los venezolanos merecen una inmunización que cumpla con los requisitos científicos y sea autorizada por la OMS, certificación que hasta el momento no posee la vacuna proveniente de la isla.
Juan Carlos Hernández, presidente del sindicato de la Construcción del estado Carabobo, aseveró que la industria está paralizada en 98%, tanto en la entidad carabobeña como en el resto del país.
Hernández aseguró que este sector es uno de los mayores empleadores y que mueve la economía, desde los obreros hasta los proveedores de insumos. Ratificó que no hay construcciones de edificaciones públicas.
A la informalidad pasaron quienes integraban este campo laboral como una solución momentánea para llevar alimentos al hogar, sin embargo, no logran cubrir las necesidades de la familia.
