El término “liberal” tuvo su origen en los siglosXVII y XVIII para definir una doctrinaque se oponía a los absolutismos y al poder ilimitado de los monarcas y sus cortes frente a la indefensión de la gente común. Con las ideas de John Locke, Adam Smith y David Ricardo, entre otros, el liberalismo defendía al mismo tiempo la economía de mercado -como símbolo de libertad económica- y la reducción del tamaño del Estado, a la vez que propiciaba la existencia de fuertes contrapesos en las estructuras de gobierno para evitar los abusos de poder. Era, en pocas palabras, un movimiento que buscaba extender la libertad y los derechos de los individuos, y de ahí su nombre.

Hoy, los liberales pueden apoyar principios un poco diferentes a los que le dieron origen alliberalismo. En EEUU,por ejemplo, un liberal es alguien cercano ala centro-izquierday al progresismo del partido demócrata, partidario de los gobiernos “grandes”, que defiende asuntos como el derecho al aborto, la igualdad de género, la pluralidad sexual, la tolerancia, los límites al poder de las corporaciones y los subsidios a los menos favorecidos. Ser liberal en el norte tiene quizás tantos contenidoséticosy moralescomo políticos y económicos, aunque exista cierta correlación entre ambos enfoques. Y la preferencia por un gobierno que intervenga (“governmentmatters”, decía Barack Obama en apoyo a la candidatura de JoeBiden,al comienzo de la pandemia)no se acerca mucho a la reducción del Estado que proponían los ingleses de hace cuatro siglos.Los liberales norteamericanos se plantan en oposición al conservadurismo, al laissez faire y a la resistencia al cambio que le atribuyen, con o sin argumentos, a sus rivales republicanos.

Así como la definición de liberalismo varía de un sitio a otro, hay un derivado del término, el neoliberalismo, que representa para la izquierda de muchas partes del mundo, y en especial en América Latina, el coco causante de casi todos los males y el origen del capitalismo salvaje, las injusticias sociales y la ruina moral y económica de aquellas naciones donde se aplica. Sin que tenga una definición precisa, el neoliberalismo no es otra cosa que una adaptación del liberalismo clásico a los tiempos actuales, con más énfasis en la economía que en los sistemas políticos, ysus postulados solo pretenden promover la libertad económica, reducir el Estado y controlar el gasto público como puntos de partida para la creación de riqueza y el eventual desarrollo social.

Quizás una aproximación a las propuestas neoliberales se pueden encontrar en el satanizado consenso de Washington de 1989, elaborado con base en recomendaciones del economista inglés John Williamson en un intento de concretar, en pocas líneas, los mandamientos que deberían aplicarse para contar con una economía sana y evitar la excesiva intervención estatal que tantos países ha arruinado. El consenso contempla 10 puntos, que son: 1) disciplina presupuestaria de los gobiernos; 2) reorientar el gasto gubernamental a las áreas de educación, infraestructura y salud(no se menciona el tema seguridad, pero sería un gasto obvio para el Estado); 3) reforma fiscal o tributaria, con bases amplias de contribuyentes e impuestos moderados; 4) desregulación financiera y tasas de interés de acuerdo al mercado; 5) tipo de cambio competitivo, regido por el mercado; 6) comercio libre entre naciones; 7) apertura a inversiones extranjeras directas; 8) privatización de empresas públicas; 9) abolición de regulaciones que impidan acceso al mercado o restrinjan la competencia, excepto las que estén justificadas por razones de seguridad, protección del medio ambiente y al consumidor y una supervisión prudencial de entidades financieras; 10) seguridad de los derechos de propiedad. Como se puede interpretar con una simple lectura, no se trata de implantar la anarquía económica y entregarle el alma a las corporaciones insaciables, sino de crear incentivos para la inversión privada y evitar que el gobierno se meta a empresario y derroche los fondos del tesoro. Por otra parte, se mantiene el principio de regular, hasta donde sea eficiente y deseable, a los actores susceptibles de crear monopolios y a los que manejan dinero del público, al igual que se conservan dentro del Estado herramientas críticas para el equilibrio macroeconómico (gerencia de tasas de interés, por ejemplo).En síntesis, si se mantiene el equilibrio necesario entre libertad y reglas de juego y se cuenta con instituciones fiables y honestas, el modelo debería funcionar.

El consenso y su pariente el neoliberalismo tienen muchos adversarios, entre los que hay ejemplares de todo pelaje: los que nunca se han molestado en leer las 10 recomendaciones pero le hacen caso a la propaganda de que los neoliberales comen niños y desuellan a los pobres; las sociedades que no tienen la cultura colectiva adecuada para vivir en libertad y por lo tanto necesitanque el Estado sea papá y mamá de todos; los que piensan que solo los gobiernos son patriotas, mientras que el sector privado es siempre voraz y apátrida; y la lista es larga. Al final, un sistema liberal lo que hace es depositar un mayor grado de confianza en los ciudadanos y menos poder en los gobiernos. Y no suena nada mal.

Ingeniero con Maestría en Gerencia. Autor del libro La variable independiente: el rol de la idiosincrasia en el desarrollo de Venezuela




Estimado lector: El Diario El Carabobeño es defensor de los valores democráticos y de la comunicación libre y plural, por lo que los invitamos a emitir sus comentarios con respeto. No está permitida la publicación de mensajes violentos, ofensivos, difamatorios o que infrinjan lo estipulado en el artículo 27 de la Ley de Responsabilidad en Radio, TV y Medios Electrónicos. Nos reservamos el derecho a eliminar los mensajes que incumplan esta normativa y serán suprimidos del portal los contenidos que violen la Constitución y las leyes.