Por este día de la semana, para variar y como una manera de enriquecimiento y de estar más informados, dejamos los temas diarios de opinión, para acercarnos al valor de la música y la musicalidad en la humanidad, y para conocer algo sobre la historia de la música. Será una referencia breve, pero ya verán lo interesante y relajante que es el efecto de la música. Hasta se ha dicho que mucha gente que pocas habilidades tiene para la música, se convierte en un cantante, apenas entra bajo la regadera de una ducha…

Cada vez que se pronuncia la palabra música, nuestra consciencia se llena de sentimientos y emociones, porque entramos en referencia a una cualidad y propiedad cultural de la humanidad, que disfrutan todos los habitantes del planeta. El valor de la música, como elemento relajante es indiscutible. Muchos psiquiatras, psicólogos y neurólogos opinan que somos lo que somos por la música, que nos emociona y nos ha musicalizado, y por cómo la hemos desarrollado a lo largo de miles de años. Hoy la música está muy cercana a nuestras consciencias, y gira alrededor de nosotros. Nos envuelve, con sus simples o complejas expresiones, marcándonos con su lenguaje regional y universal, con su acústica y sus vibraciones. Como la música está allí, y en todas partes, como nos pertenece a todos, y es amistosa con todos, lo que tenemos que hacer es conseguir la mejor manera de escucharla, como disfrute de nuestra conciencia, y como elemento unificador de grupos y sociedades…

Una de las hipótesis sobre cómo se desarrolló la música postula que una razón es que con la música nos ayudamos todos a movernos juntos. Y esto tendría un beneficio en el desarrollo evolutivo de la humanidad, que ha contribuido a que cuando la gente se mueve al unísono en los bailes y cantos, tiende a actuar de forma más altruista, y estar más unida y con crecimiento de la conciencia de grupo básica para el trabajo. Por esto mismo, las personas cantan y bailan juntas en todas las culturas. Siempre lo han hecho en las comunidades y hasta para acompañar las reuniones religiosas o de otra naturaleza. Sabemos que lo hacemos hoy y lo seguiremos haciendo en el futuro. Podemos imaginar que lo hacían también nuestros ancestros, alrededor del fuego, hace miles de años. Los bebés de muchas culturas estudiadas, en los primeros meses de vida, tienen la capacidad de responder a melodías antes que a una comunicación verbal de sus padres. Escuchar música afecta la forma en la que vemos a los demás y parece afectar la percepción que tenemos de otras personas.

Al explorar los orígenes y la historia de la música comprendemos por qué, sin la música, es imposible entendernos a plenitud como seres humanos. La música marchó en paralelo con la evolución humana, con las diferentes civilizaciones, sociedades y épocas, en indetenible desarrollo. Los primeros sonidos, precursores musicales, aparecen casi con la presencia humana en el planeta. Acompañan a los humanos originarios en las avanzadas territoriales de las primeras migraciones. Salidas desde África hacia el Medio Oriente, y más allá, sin parar, hace más de 50.000 años. Una caminata que abrió el mundo a los bípedos, entonces más evolucionados, para acumular costumbres y sembrar tradiciones: ¡La música entre éstas! Un acontecimiento sostenido, milenario en años, que explica por qué la música es expresión cultural tan sólida, universal, genuina y humana. Un beneficio compartido por todos.
Desde un comienzo, el ser humano ha escuchado música venida desde su interioridad; música que encontró, también, escondida en tantos elementos sonoros de la naturaleza, y lista para ser difundida. Los humanos primitivos contaban ya con las capacidades físicas y anatómicas adecuadas para hacer y escuchar música: Voz para emitir sonidos propios, y recursos para extraer y manipular sonidos naturales. Se valieron, con ingenio, de objetos simples que generaban sonidos: Huesos, bambúes, troncos, cueros, conchas marinas. Y escenarios estimulantes para hacer música. Lo demás es historia, motivación, creatividad, y mucho tiempo para dispersar la música y la musicalidad a lo ancho del planeta. Las tecnologías, las ciencias y las artes hicieron el resto. ¡Es el maravilloso mundo de la música!

 




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