Desde tiempos remotos cuando el hombre dejó las tierras y se aventuró con coraje y decisión a navegar las inmensidades marinas tuvo que confrontar las inclemencias del tiempo, muchas veces inesperadamente. Así siempre con la experiencia y destreza de los timoneles pudo sortear los malos tiempos y el embate de tormentas devastadoras. Allí en esos momentos la tripulación actuaba como un cuerpo ordenado y en sincronía siguiendo las órdenes de quien dirigía la embarcación, pero sobre todo confiando en ese líder que sostenía el timón y dirigía la nave en medio de la furia de las olas y el azote de las ráfagas de viento.
De esas decisiones dependía la suerte de todos, hombres,bestias y cargas. De ese conductor, de su pericia, experiencia, arrojo e inteligencia se sostenía el éxito o fracaso de la travesía y todo lo que ella representaba: Necesidades, conquistas, anhelos, sueños y esperanzas. Muchos naufragaron, otros hicieron historia.
María Corona Machado es hoy, sin duda alguna, la dirigente fundamental y líder indiscutible de la alternativa democrática venezolana. Su posición firme y sostenida en defensa de la libertad y de nuestra soberanía la hicieron constituirse en depositaria de la confianza de las grandes mayorías que quieren un cambio en Venezuela.
En las elecciones primarias del pasado 22 de Octubre, un sector muy importante de la sociedad venezolana se pronunció mayoritariamente a favor de la opción que ella representa para ser la abanderada presidencial para enfrentar la reelección de Nicolás Maduro. En esa mayoría estuvimos participando activamente, con ilusión y entusiasmo a favor de su opción, frente a otras que también consideramos respetables y dignas, como por ejemplo la mi entrañable amigo Cesar Pérez Vivas.
El CNE manejado por el oficialísimo fijó en días pasados el cronograma electoral para la elección presidencial de 2024. La oposición democrática y voceros calificados de organizaciones civiles han hecho severos señalamientos sobre el mismo y sobre la ausencia de garantías electorales que generen confianza en los participantes y votantes, como debe ser toda elección verdaderamente confiable. Ahora bien el rechazo medular de este proceso lo constituye la inconstitucional inhabilitación de María Corina para ser la candidata de la alternativa democrática venezolana. Ya en el mundo se afirma que si ella como principal referente y líder de la oposición no participa por este impedimento oficial sobrevenido no podrá considerarse la del 28 de julio como una votación democrática y libre.
María Corina sigue recorriendo el país levantando banderas de entusiasmo y esperanza. Nos corresponde darle todo nuestro apoyo y aliento en esta causa. Llegará el momento en que ella sabrá demostrar su talante de líder histórica, tomando las decisiones más acertadas y convenientes para nuestro país y esta causa de liberación, entendiendo que caer en la trampa de la abstención no puede ser nuevamente el camino a seguir. Presión hasta el último momento, y en ese final invocado tantas veces garantizar que las grandes mayorías de los venezolanos se expresen a favor del cambio deseado y necesario que nuestro golpeado país merece y anhela.
Hoy confiamos en María Corina, en su inteligencia, coraje y templanza. Ella lleva el timón de esta nave llamada libertad.
Lucio Herrera Gubaira
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