Dirección de Cultura, Universidad de Carabobo, 1983. Le solicitan al maestro Carmelo Oñate, quien asistía a Rafael Dalmau en la Estudiantina Universitaria, que presentara un proyecto musical novedoso, y él sugiere crear un grupo de música popular latinoamericana. Semanas más tarde, Carmelo lo presenta ante las autoridades como “GRUPO DE MÚSICA POPULAR LATINOAMERICANA DE LA UNIVERSIDAD DE CARABOBO”. Así de simple y sencillo, así de concreto.

Tiene su antecedente en el Conjunto Típico de la UC, ensamble criollo compuesto por los cantantes Marianela Ramos Fonseca, José Domingo “Chemingo” Laguna (ambos ganadores nacionales del Festival de la Voz Universitaria), Gerardo Rodríguez, José Luis Latouche, Agustín Velásquez y Paúl Martínez.

En la creación del nuevo grupo, se incorporan Xiomara Matheus, Luis Augusto “Guaguancó” González y posteriormente Nilda López Amayraní Mendoza y José Gregorio Vargas, quedando un ensamble polifacético de doce integrantes incluyendo a Carmelo Oñate, su director.

El grupo obtuvo éxito inmediato al debutar en julio de 1984, en la galería universitaria “Braulio Salazar”. Posteriormente graba dos producciones discográficas: una, de canciones latinoamericanas y otra de aguinaldos venezolanas.

Carmelo se jubiló en el año 2001, luego de veinticinco años de actividad y se retira dejando el cargo a concurso. Pasaron catorce meses de inactividad musical. El grupo había caído en un letargo artístico. Se pensó incluso en su disolución y reubicación intrauniversitaria de cada uno de sus miembros dando fin al Grupo Latinoamericano luego de quince años de trabajo artístico.

Aura Marina Ríos, quien se desempeñaba como Subdirectora de Cultura de la UC, defendía al grupo a toda costa y propulsaba el lento proceso burocrático de la convocatoria a concurso de cargo de director. Al abrirse, postulamos algunos y lo gané yo, recién llegado de estudiar en España.

Para mí significaba todo un reto, por tres razones: La primera, tendría que hacerme responsable de un grupo ya constituido, con quince años de trayectoria; segundo, este grupo venía de un año de relativa pasividad. Retomarlo implicaba echar a andar un motor que llevaba tiempo sin funcionar; tercero, el grupo venía de manos del director fundador, y habría que caminar entre cáscaras de huevos para no violentar el estilo y metodología utilizada por tantos años. La desmotivación es el peor enemigo del trabajo, más si es en equipo, y aun más si es en el arte musical.

Recuerdo ese primer encuentro. La sala pequeña de reuniones de la Dirección de Cultura, a cien metros del arco de Bárbula. Todos los integrantes -algunos ya eran amigos míos, y a otros los estaba conociendo esa misma mañana- me rodeaban. De inmediato me di cuenta de que era el más joven de los presentes. Factor en mi contra. La jefa de Recursos Humanos me presenta como el nuevo director del grupo. Todos, amigos y extraños, me veían con cierto recelo, un dejo de desconfianza… al menos eso percibía.

El tiempo me demostró lo contrario. Pero supongamos que fue así. Sería totalmente lógico. Una agrupación con quince años aplicando una metodología específica, diseñada y gerenciada por el mismísimo director fundador, con su propia visión clara. Sumado a eso, un año de relativa inactividad. ¿Y viene uno nuevo, más joven, a cambiar todo y romper el status quo? ¿A decirnos lo que ya sabemos hacer? Al menos eso pasó por mi mente y corazón. Repito, el tiempo me demostró todo lo contrario. Pero vuelvo a esa reunión inicial. Sentía esas miradas de inquietud. Suponía -y con razón- que pensaban: “a ver con qué viene este muchachito…”.

Tenía previamente en mis manos una reducida lista de acciones nuevas a tomar: instrucciones claras, dinámicas de ensayo, repertorio sugerido, reglamento interno nuevo. Pero algo me impulsó a cambiar de estrategia y saqué papel en blanco, cogí un lápiz, escuché y tomé nota. Pregunté ¿qué quieren hacer con el grupo? ¿qué podemos hacer para que siga sonando y mejorando? ¿qué quedó pendiente?

Empezaron a mencionar ideas. Comenzaron con las más necesarias, como vestuarios nuevos y adquisición de instrumentos musicales, tocar fuera de la ciudad… y empezaron a entusiasmarse: “y grabar un tercer disco…” exponía entusiasmado uno. “y tocar en todos los rincones de Venezuela…”, dijo Agustín… “Y ¿por qué no?, en otros países”, lo interrumpía una entusiasmada contralto… “ tocar acompañados con una orquesta… ¡dirigida por Gustavo Dudamel!” dijo Luis Augusto causando risas en el resto. Y yo, todo lo anotaba. Esa reunión se convirtió en un ramillete de sueños. Salimos entusiasmados, y yo con más miedo por el camión de sueños que se venía encima y tenía que ingeniármelas para ponerlos en marcha.

Luego, tras algunas jubilaciones, ingresaron Armando Latouche, Pedro Elías Giménez, Williams Mendoza y Ángeles Ruiz, fortaleciendo la personalidad y musicalidad del grupo. Es importante mencionar que Marianela Ramos, Xiomara Matheus y Nilda López continuaron en la agrupación largos años como voluntarias, aun cuando pasaron a personal jubilado. E ingresó como miembro especial Simely Mujica, como coordinadora ad honorem de actividades. También pasaron temporalmente Gerardo González y algunos estudiantes universitarios, con excelentes desempeños.

Quince años después me vine a Buenos Aires, y tuve que renunciar al grupo. Me dolió en el alma. Veo esa improvisada lista que guardo aun con cariño, y observo que no solo cumplimos esos sueños, sino que seguimos de largo: Dos giras en varios países, cinco producciones discográficas, asistencia a varios congresos en calidad de conferenciantes, conciertos pedagógicos en todas las facultades, la vinculación con empresas privadas para la gestión de recursos económicos para nuestro desempeño artístico, el convenio con universidades nacionales e internacionales.. y hasta el soñado concierto con Gustavo Dudamel en 2011, en el Centro de Acción Social del Sistema.

Hoy el grupo continúa en manos de Álvaro Granadillo, con nuevos integrantes y nuevos sueños. Todos los que pasamos por la familia de El Latinoamericano, les deseamos que sigan soñando, y que logren cumplirlos.

Para escuchar, a propósito del Grupo de Música Popular Latinoamericana, recomiendo nuestro disco Volumen 5. Depósito Legal: FD553201-2523:

https://youtube.com/playlist?list=PLEZ2IscqI7cJCp0vHcAI3UJKQcP5fw50S&si=8Y5Bx75e6foxEOoe

juanpablocorreafeo@gmail.com

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