Armando Info: El verdadero milagro tras el Carvativir parece comercial y no farmacéutico
/ Foto: Cortesía (Armando.Info)

No existen pruebas confiables que certifiquen su efectividad contra la COVID-19, por lo que las gotas presentadas por Nicolás Maduro como “milagrosas” y cuya distribución ya autorizó, convocan al escepticismo.

Reseña la web de Armando.info que el verdadero milagro del Carvativir parece ser la conversión de la persona jurídica de un importador de repuestos para carros en un desconocido laboratorio farmacéutico.

Mientras tanto, los autores de los supuestos estudios clínicos que respaldan el medicamento constituyen socios comerciales y operadores políticos del oficialismo. Se trata, según la investigación, de un hombre que se proclama escritor de ‘bestsellers’ en Amazon, que llegó a estar preso bajo acusaciones de presuntos ilícitos en una subsidiaria de Pdvsa; el otro, propietario de empresas que llegaron a ser contratistas del Estado, tuvo una discoteca en Margarita.

Sin acceso a las vacunas

A un año del surgimiento del primer caso de COVID, más de 100 millones de personas contagiadas y más de dos millones de fallecidas, laboratorios y científicos de todo el mundo siguen abocados a la obtención de una vacuna que, pese a los anunciós de hallazgo y comercialización global, lucen insuficientes.

Los funcionarios del gobierno venezolano, sin peso político, económico o de tecnología para hallar un medicamento competitivo, depende de lo que sus aliados puedan generar: las prometidas diez millones de dosis de la vacuna rusa Sputnik V, o los desarrollos alternativos de Cuba e Irán. De hecho, el acceso a vacunas de laboratorios como AstraZeneca o Janssen (Johnson & Johnson) luce distante, no solo por las sanciones, sino por el impago de una deuda dejó al gobierno de Nicolás Maduro por fuera del mecanismo de distribución de vacunas de la Organización Mundial de la Salud (OMS), llamado Covax.

En medio de esa incertidumbre, hace una semana, el propio Maduro aseguró que cuenta con la piedra, o mejor dicho, la gota filosofal que acabaría con el coronavirus, descubierta y provista por un laboratorio local.

Propaganda rimbombante

“Ya hoy, habiéndose establecido la patente nacional e internacional, habiendo recibido el permiso sanitario oficial del país, puedo presentar la medicina que neutraliza el 100% del coronavirus: el Carvativir, mejor conocido como las goticas milagrosas de José Gregorio Hernández”, proclamó para Venezuela y el mundo. “Diez goticas debajo de la lengua, cada cuatro horas, y el milagro se hace. Es un poderoso antiviral, muy poderoso, que neutraliza el coronavirus”.

Neutraliza. Lo acaba. Maduro aseguró en esa alocución que el remedio al coronavirus lo creó por un grupo de venezolanos que aplicó estudios experimentales durante nueve meses en enfermos graves, incluso intubados, y que fue un experimento masivo que incluyó a “los pacientes que estaban en El Poliedro de Caracas, en el hospital de Coche”.

Luego de ese anuncio, con potencial de convertirlo tanto en héroe como en hazmerreír mundial, Maduro deslizó más misterio: “Creación de una mente brillante de Venezuela. Ya la conocerán en el futuro. Por ahora, lo estamos protegiendo, a los científicos y al científico principal, protegiéndolo en su creatividad”.

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