El joven mariscal de campo Jimmy Garoppolo, de los 49ers de San Francisco, se convirtió este jueves en el jugador mejor pagado en la historia de la Liga Nacional de Fútbol Americano (NFL) después de recibir un contrato de 137,5 millones de dólares por cinco temporadas.
Garoppolo, de 26 años, se unió a la lista de los millonarios de la NFL y con el salario promedio más alto de la liga después de cerrar el nuevo contrato histórico, de acuerdo a la información ofrecida por el canal NFL Network.
El joven mariscal de campo de los 49ers llegó al equipo el pasado octubre al ser traspasado por los Patriots de Nueva Inglaterra, que a cambio recibieron una selección de segunda ronda en el sorteo universitario de este año.
Garoppolo, quien estaba en el último año de su contrato de novato, inició los últimos cinco partidos de la temporada regular para los 49ers, todas victorias, completando 120 de 178 pases (67,4 por ciento de efectividad) para 1.560 yardas, además de hacer siete envíos que fueron de anotación, y le interceptaron cinco balones.
Antes de darle la titularidad a Garoppolo, los 49ers tenían marca perdedora de 1-10 y desde la Semana 13 que hizo su debut como titular hasta la 18 logró un 79,9 de índice total de pasador, el mejor de la NFL.
La salida de Garoppolo de los Patriots se dio a pesar de la oposición del entrenador en jefe Bill Belichick, que lo consideraba el reemplazo perfecto que había preparado para el legendario mariscal de campo Tom Brady, a quien le queda un año de contrato.
Pero Brady, de 40 años, ha mostrado que sigue siendo el mejor mariscal de campo que hay actualmente en la NFL y a pesar de que los Patriots perdieron el pasado Super Bowl LII por 33-41 ante los Eagles de Filadelfia, su actuación fue brillante al dar tres envíos de anotación sin interceptaciones.
La derrota sorpresa de los Patriots, que disputaron su octavo Super Bowl bajo la dirección de Belichick y Brady, tuvo como su origen principal el pobre juego que hizo la defensa del equipo, una de las peores de la NFL durante la temporada regular (29), que también falló en el partido decisivo.