Aunque la aparición en Sudáfrica de la variante ómicron de la COVID-19 ha vuelto a alarmar a los sistemas de salud de todo el mundo, por cuanto se cree que se trate de una cepa más contagiosa y de la que se han detectado casos en al menos 38 países, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha confirmado que aún no se ha registrado oficialmente ninguna muerte vinculada con ésta.
Christian Lindmeier, portavoz de la OMS, explicó que la organización no ha recibido por el momento ninguna notificación de que la variante ómicron haya causado muerte alguna. De cualquier modo, el organismo instó a los gobiernos y las autoridades sanitarias a mantenerse alertas, puesto que no hay duda de que ómicron se propagará como lo hizo la variante delta.
No bajar la guardia
La OMS pidió que los gobiernos examinen cuidadosamente los datos que recogen dentro de sus fronteras y evalúen los riesgos particulares para tomar las medidas de contención adecuadas.
«Podemos estar seguros de que esta variante se expandirá. Delta también empezó en un lugar y ahora es la variante predominante», dijo Lindmeier. «Una vez que se detecta una variante y empieza la vigilancia se encuentra más y más. Esto funciona así, cuando se descubre es porque ya hay un grupo de casos en algún lugar», concluyó.
En tanto, trascendió que investigadores aún señalan que es muy temprano para saber el impacto de la nueva cepa, por lo que instan a esperar resultados de los análisis que ya se están emprendiendo.
De hecho, recoge el medio británico The Daily Mail que médicos en Sudáfrica coincidieron con la OMS al señalar que, hasta el momento, ómicron no ha llevado a una sola hospitalización o muerte.
Con información de 20 Minutos (España).
