Colas de gandoleros en Puerto Cabello
Foto: Cortesía

Igual o peor. Así se mantiene la situación con el abastecimiento de diésel en las estaciones de servicio de Puerto Cabello. Los conductores de carga pesada deben hacer dos veces la cola, de entre tres a cinco días cada una, para poder cumplir con un solo viaje de entrega de mercancía en alguna región cercana del país.

La orden es clara: Solo 150 litros por unidad. “Pero eso no alcanza para ir y venir”, aseguró presidente de la Asociación de Trasportistas de Carga de Contenedores y Similares de Puerto Cabello (Asotracontainer), José Petit.

Es por esto que al abastecer el vehículo deben hacer nuevamente la cola para completar 300 litros y poder ir a destinos como Caracas o Barquisimeto y regresar a los muelles más importantes del país.

Pero hay otra opción. Se trata de lo que Petit denomina un mercado paralelo. “Debido al cuello de botella o embudo que se creó por el déficit de combustible existe un bájate de la mula para echar 100 o 200 litros más, esto incrementa el tabulador y los fletes”.

Y eso no es todo. Los costos también aumentan por todo lo que implica pasar la mayor parte de la semana en una cola. “El gasto en comida diaria de los choferes es muy elevado, ya casi insostenible”.

Propuestas para acabar con las colas

Desde Asotracontainer desconocen si la llegada de los 500 mil barriles de diésel que fueron anunciados, solventará este drama. “No nos consta que eso haya llegado, mucho menos si será para beneficio del sector que está tan golpeado”.

Ellos tienen un planteamiento que ya han entregado a todas las instancias correspondientes en Puerto Cabello.

“Pedimos que cada gandola, al salir del muelle cargada de mercancía, vaya a la estación de servicio y que le echen el litraje correspondiente a viaje que realizará para ir y regresar, y así se podría acabar con las colas”. Aún no han recibido respuestas a esta propuesta.

Un drama que afecta a todos

César Teliz no conduce una gandola de carga pesada, sino un camión cisterna. Su familia depende de esa actividad para subsistir. Pero durante los últimos tres meses no ha sido fácil por las fallas con el suministro de diésel que ha provocado que sus ingresos caigan de forma dramática.

Entre tres y cinco días en cola debe pasar para poder surtir su vehículo. Eso se traduce en que ya no hace 10 o 15 viajes a la semana, sino solo dos. “Esto está feo, paso más tiempo esperando por el combustible que trabajando”.

Ahora hace 80% menos despachos de agua a condominios, empresas y residencias que solicitan su servicio y debe ser selectivo con sus clientes. “Solo puedo hacer recorridos cortos porque nunca llenan el tanque completo del camión y hay que ahorrar el diesel”.

Su vehículo tiene una capacidad de 350 litros de combustible, y solo le surten 100. “Para lograr que me echen todo hasta lo máximo hay que dar 30 o 40 dólares que no tenemos porque el trabajo ha caído demasiado”.

Es por esto que ha tomado medidas extremas para mantener a su familia. “Ayer tuve que ofrecerme para cortar el monte en un terreno para que me pagaran algo y poder comprar comida para la casa”.

También tuvo que despedir al ayudante porque el dinero no le alcanzaba para pagarle el salario y ha tenido que pedirle prestados 20 litros de gasoil a algún compañero para llegar a la estación de servicio y hacer cola por cinco días.




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