El presidente saliente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció el domingo que su abogado personal Rudy Giuliani dio positivo por COVID-19.
Giuliani ha estado viajando por el país durante el último mes para impugnar los resultados de las elecciones presidenciales en reuniones en las que se muestra sin mascarilla.
"Rudy Giuliani, con mucho el mejor alcalde de la historia de Nueva York, y quien trabajó incansablemente para desenmascarar la elección más corrupta (¡con diferencia!) de la historia de Estados Unidos, dio positivo al virus chino", tuiteó Trump, utilizando nuevamente una expresión que ya suscitó quejas de Pekín en el pasado.
"Recupérate pronto Rudy, nosotros vamos a seguir!!!", añadió el mandatario republicano, que sigue sin reconocer su derrota frente a Joe Biden en las elecciones presidenciales del 3 de noviembre, un mes después del anuncio de los resultados.
Sin signos aparentes de enfermedad
Horas antes, Giuliani, de 76 años, fue entrevistado en directo por la cadena Fox News, sin mostrar signos aparentes de la enfermedad.
El abogado ha participado en largas audiencias en estas últimas semanas, celebradas en espacios interiores y sin llevar mascarilla, para denunciar "fraudes" en estados clave.
Este miércoles, acudió igualmente a la Asamblea de Michigan, en Lansing, para una larga audición de más de cuatro horas. Esta escena se ha repetido también en lugares como Pensilvania, Georgia o Washington desde el anuncio de la victoria de Joe Biden el 7 de noviembre.
La justicia ha desestimado hasta ahora numerosos recursos interpuestos por el equipo de abogados de Donald Trump.
El sábado por la noche, el presidente saliente tampoco llevó mascarilla durante su primer mitin tras las elecciones, celebrado en Georgia ante una multitud en la que muy pocos llevaban protección contra el virus.
El propio Trump dio también positivo por COVID-19 a comienzos de octubre, así como su esposa Melania y varios miembros de su entorno.
Después de tres días hospitalizado, el magnate republicano regresó a la Casa Blanca antes de retomar días después los actos de una campaña en la que mantuvo un ritmo frenético hasta justo antes del escrutinio.
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