No hay alimentos buenos o malos; todo depende de las cantidades, la frecuencia y otros factores, ya que si lo comes esporádicamente no afectarán tu salud, pero sí un uso habitual

Hay productos que se presentan como «sanos» o «light»; pero no todo lo que reluce es oro y con esta idea en mente siempre debemos mirar lo que comemos. Con ojos críticos podemos identificar las pequeñas trampas de la industria alimenticia. Para ayudarte en esta titánica tarea, presentamos siete alimentos que parecen saludables, pero que pueden estar arruinando tu dieta.

Zumos de frutas

Siempre una pieza de fruta será más sana que un zumo, en el cual se elimina casi por completo la fibra. Por lo tanto, nos queda un líquido que no sacia igual que la fruta entera y fresca y que además, posee alto índice glucémico.

Y cuando se trata de zumos comerciales pueden llevar azúcares añadidos. La clave está en hacer un consumo moderado y no habitual de estos productos, pues ingerido de manera cotidiana, han sido asociados a tantos problemas de salud como también lo ocasionan otras bebidas azucaradas.

Los zumos junto a otras bebidas son responsables de gran parte de nuestra ingesta de azúcares.

Ensaladas de fast food

Las ensaladas suelen ser el símbolo de comida sana y son la preparación que incorporan los locales de fast food para incentivarnos a comprar sin descuidar la dieta.

Pero estas ensaladas no son lo que parecen. Pueden estar colmadas de grasas y sodio y ser una bomba de calorías, incluso más que unas patatas fritas o una hamburguesa.

La clave está en mirar más allá de la palabra ensaladas, pues los aderezos, los ingredientes fritos o rebozados, los quesos y otros pueden incrementar las calorías del plato y colmarlos de nutrientes poco sanos.

Granola

La granola es uno de los alimentos considerados más sanos, pero no es lo que parece. Aunque posee cereales y muchas veces, frutos secos, su nutriente principal es el azúcar en diferentes versiones.

Así, lejos de ser fuente de fibra, la granola y las barritas de cereales son concentradas en calorías derivadas de azúcares simples que sabemos, en exceso pueden ocasionar diferentes problemas de salud.

Batidos de frutas industriales

Los batidos de frutas que podemos conseguir en cualquier comercio y que se vuelven muy codiciados cuando las temperaturas comienzan a subir, son considerados muy sanos, sin embargo, pueden tener peor calidad de la que imaginas.

Un batido puede tener hasta 46 gramos de azúcar, con muy pocas proteínas y fibra y lo peor, poseer más calorías que un refresco.

La palabra fruta en su denominación no la vuelve un alimento sano, aunque es lo primero que pensemos ante su nombre. Por supuesto, muy distinto puede ser un batido elaborado en casa, con nuestras propias manos.

Sirope de ágave

El sirope de ágave es una opción natural y sin refinar a la clásica azúcar. Posee un mayor poder endulzante y un menor aporte de hidratos, pero, es 78% azúcar.

En este caso, no se trata de glucosa en su mayoría, pero sí de fructosa, un azúcar que muchos consideran más sano pero que en realidad, también puede inducir un exceso de peso y otros problemas de salud en nuestro cuerpo a causa de la acumulación ectópica de lípidos.

Por otro lado, es uno de los nombres que recibe el azúcar en el etiquetado de los alimentos y bajo el cual la industria alimenticia suele esconder los azúcares añadidos.

Bebidas de cadenas de café

Si eres de los que no ve nada de malo en comprarse un café para beber mientras caminas hacia el trabajo, debes saber que este tipo de bebidas no son igual que el café que puedes tomar en casa, sino que muchos de ellos tienen más calorías que un refresco.

Un café puede tener antioxidantes y ofrecer grandes beneficios, pero en este caso, se trata de bebidas elaboradas, con ingredientes añadidos, y no sólo chocolates o cafés son concentrados en calorías, sino también otras bebidas a base de té por ejemplo pueden estar colmadas de azúcar, como lo muestra un estudio de la organización no gubernamental Action On Sugar.

Wraps

Las tortillas enrolladas se comercializan como una opción más sana a la clásica comida rápida que podemos encontrar en grandes cadenas de fast food, sin embargo, no son menos calóricas que una hamburguesa.

Además, son concentradas en grasas y sodio y también, pueden ser fuente de azúcares dependiendo de los ingredientes que se le añaden, pero la mayoría de ellos incluye salsas, fiambres, embutidos u otros alimentos que suman calorías de poca calidad a la preparación.




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