trincheras
(Foto cortesía)

Aislados y sumergidos bajo el más profundo olvido gubernamental. Así se sienten los habitantes del sector Trincheras, en Naguanagua. Desde hace tres años no cuentan con el ambulatorio rural tipo II que servía a sus más de ocho mil habitantes y, debido a la escasez de combustible, movilizarse a otros centros asistenciales se les hace cada vez más difícil.

Fue a finales de septiembre de 2017 cuando el Instituto Carabobeño para la Salud (Insalud), junto a Protección Civil, emitió una orden de desalojo para el ambulatorio y el Centro de Diagnóstico Integral (CDI) ubicados en esta localidad, a causa de los severos daños que presentan ambas infraestructuras, al parecer producto de los constantes movimientos de tierra que allí se originan.

Sin embargo, hasta la fecha el ambulatorio ni el CDH han sido reubicados y Trincheras solo tiene una “sala de rehabilitación integral” carente de medicamentos y otros instrumentos básicos para la atención primaria, como tensiómetros, nebulizadores y balanzas para pesar a los niños. “Tú vas para allá y lo que te dan es un papel. Allí muere todo”, aseguró este lunes 8 de febrero el líder vecinal Héctor Puertas, en entrevista con El Carabobeño.

“Desde 2017 hasta hoy todo ha emporado, nunca obtuvimos respuestas de una nueva sede ni nada”, dijo. Para esta pequeña población de Naguanagua, tener nuevamente operativos el ambulatorio y el CDI es una prioridad, ya que perdieron los servicios de controles prenatales de las embarazadas y otras evaluaciones médicas más simples, como la toma de tensión arterial.

En caso de alguna emergencia o control médico, quienes viven en Trincheras deben acudir al Hospital Universitario Dr. Ángel Larralde (HUAL) o al ambulatorio Miguel Franco, en las zonas urbanas del municipio. Son más de 10 kilómetros de distancia. “Hemos tenido mujeres que dan a luz a mitad de camino o son trasladadas en motocicletas. Los infartos están siendo muy comunes por falta de control de la tensión”.

Transporte público

Para 2016 en Trincheras tenían cooperativas de transportistas que prestaban el servicio, pero con el paso del tiempo las unidades se fueron dañando y ante la imposibilidad de adquirir los repuestos, los dueños decidieron venderlas. Fue así como se quedaron sin rutas privadas y pasaron a depender 100 % del gobierno regional y municipal para movilizarse.

Durante casi dos años su principal mecanismo de transporte fueron camiones con plataforma, hasta que la Gobernación de Carabobo le asignó al sector dos unidades de TransDrácula que lograban cubrir la demanda. Según Puertas, eso fue un alivio para todos. “Pero así como llegaron (los TransDrácula), así desaparecieron. No sabemos los motivos, si fue por falta de repuestos o que los asignaron a otras zonas del estado”.

Actualmente solo tienen a disposición un autobús chino Yutong, gracias a gestiones de la Alcaldía de Naguanagua. Esta es la única unidad que cubre la ruta de lunes a lunes, por lo que es insuficiente. El habitante del sector detalló que la mayoría de las veces el vehículo va al máximo de su capacidad y por el estado de la vialidad ya presenta un notable deterioro.

“A veces funciona solo en la mañana (el autobús Yutong), porque si se daña luego pasa el resto del día en reparación y toda la gente que salió debe regresar a sus casas caminando desde la Plaza Rafael Urdaneta”, denunció. “Nos sentimos aislados, abandonados, que no nos toman en cuenta a pesar de ser una zona turística y con muchos recursos, porque tenemos las mejores tierras”.

Autogestionando la adversidad

Los habitantes de Trincheras han aprendido a organizarse para hacer frente a los problemas que se presentan en las comunidades. Cuando tienen alguna avería menor con alguna línea del tendido eléctrico, son los mismos vecinos los que buscan hacer las reparaciones, aunque muchas veces se escapa de sus manos y llegan a estar hasta cuatro días sin servicio eléctrico. “La atención de Corpoelec es escasa cuando hacemos alguna solicitud”.

Como gran parte de los sectores de los 14 municipios de Carabobo, no escapan de la falta de gas doméstico. El líder vecinal expuso que durante todos los meses sin este insumo les ha tocado resolver con la leña que consiguen en los cerros.

En cuanto al servicio de agua, sostuvo que no presentan mayores problemas porque cuentan con acueductos propios autogestionados por los vecinos, quienes incluso se encargan de hacer mantenimiento preventivo a la red de tuberías.

“Nosotros lo que queremos es que Trincheras vuelva a renacer con trabajo, con su gente, con esfuerzo, eso es lo que queremos”, resaltó  Puertas. “Con el apoyo necesario, podemos lograrlo porque aparte de las tierras, de la naturaleza, también tenemos recursos humanos muy buenos. Es cuestión de que alguien que de verdad venga y haga un buen proyecto y haga todo lo necesario para que Trincheras renazca”.

 




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