De un disparo en el costado derecho fue asesinado Yeiker José Flores Istúriz (18) por un supervisor de la Policía de Caracas, quien se encontraba ebrio y tras cometer el crimen se dio a la fuga sin prestarle auxilio a su victima.
El hecho ocurrió el domingo a las 8 de la noche en el sector Las Torres, barrio Santa Ana, Carapita, Antímano, cuando los vecinos celebraban el Día de la Madre.
En el barrio se fue la luz y el hermano menor de Yeiker fue a buscar a su primo, que tiene once años, porque estaba solo en su casa, ya que su madre, Vismar Henríquez, oficial de Policía de Caracas, y el padrastro, Lisandro José Urbina (47), supervisor del mismo organismo, salió desde temprano y no habían regresado al caer la noche.
Cuando el hermano de Yeiker, que tiene 16 años, llegaba a la casa del primo, también regresaba la pareja, en estado de ebriedad, y el policía apuntó al muchacho con su pistola.
El joven salió corriendo, avisó en su casa lo sucedido y Yeiker que ya se había acostado a descansar se levantó y fue a reclamarle al policía.
Jenifer Isturiz, la madre de Yeiker, contó que cuando el policía vio llegar a su hijo le gritó: ¿Quien eres tú? Que estás mirando para acá? El muchacho asustado intentó dar la vuelta y marcharse, pero recibió el disparo.
Urbina y su pareja no le prestaron auxilio al joven y se fueron del barrio llevándose al niño de once años, hijo de Vismar con un tío de Yeiker.
El pequeño había pasado todo el día en casa de su abuela paterna porque la madre lo dejó solo y se fue a pasear con el marido.
Vecinos y familiares socorrieron a Yeiker y lo llevaron al hospital Pérez Carreño, pero llegó sin signos vitales.
La comunidad enardecida al enterarse de la muerte del joven arremetió con piedras, botellas y otros objetos contundentes contra la vivienda de la pareja de policías.
Funcionarios de Policía de Caracas subieron a custodiar la casa y también llegaron efectivos del Cicpc para investigar el caso.
Jenifer Isturiz pidió el apoyo de las autoridades para que el crimen de su hijo no quede impune y menos que le den la connotación de enfrentamiento, porque su hijo no estaba armado.
Yeiker era bachiller y no pudiendo seguir una carrera universitaria, se puso a trabajar en un restaurante de comida rápida para costear sus gastos. Pero debido a la crisis económica hizo un curso de barbería para tener un segundo empleo.
Últimamente le dijo a su madre que aquí no había futuro para él y decidió irse del país.
Había reunido el dinero y su madre pidió plata prestada para completarle el pasaje hasta Colombia, como primer destino, para abrirse paso y seguir a otros países. Este miércoles partía Yeiker para el hermano país.
Urbina y Henriquez huyeron, pero una fuente reveló que el supervisor habría manifestado que se entregaría en su comando. Está adscrito a la Brigada Motorizada.
Los vecinos dijeron que el policía es un hombre violento, que con frecuencia se emborracha y apunta a cualquiera con su pistola Glock modelo 17.