La tragedia ocurrida este Miércoles Santo en la Comandancia General de la Policía de Carabobo ha causado conmoción en el mundo entero. La prensa internacional ha reseñado el hecho en sus primeras páginas no solo por el número de víctimas que produjo sino que también destacan el retardo procesal y el hacinamiento del recinto donde murieron 66 reos, y dos mujeres, según la cifra oficial anunciada por el Ministerio Público, a través del twitter del Fiscal General designado por la ilegítima Asamblea Nacional Constituyente.
RESEÑA DEL THE NEW YORK TIMES
Como sucede en la mayoría de las prisiones en Venezuela, las celdas del Comando General de la Policía de Carabobo, al norte del país, estaban desbordadas. El recinto fue construido para albergar a sesenta reos y había unos doscientos.
Las reyertas entre los reclusos provocaron un motín el miércoles por la mañana, cuando un guardia fue tomado como rehén. Los prisioneros amenazaron con matarlo con una granada, a menos de que se cumplieran sus demandas, y algunos reclusos le prendieron fuego a los colchones.
El incendio convirtió a la prisión en un verdadero infierno. Los rescatistas y miembros de los servicios de emergencia hicieron huecos en las paredes para intentar que se dispersara el humo y que salieran los internos. Para la noche ya habían muerto 66 hombres y dos mujeres —que posiblemente estaban ahí para visitar a sus familiares— y decenas de personas resultaron heridas. Durante la noche, las familias se reunieron en las inmediaciones para exigir información pero fueron dispersados por las autoridades con gas lacrimógeno y balas de goma, lo que despertó la indignación de muchos activistas y el público en general.
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