Tras una investigación de cinco meses en 21 hospitales del país, el diario norteamericano The New York Times publicó un extenso reportaje, acompañado de impactantes gráficas, sobre el recrudecimiento del hambre en el país producto del colapso económico, cuya consecuencia más dramática es la muerte de decenas niños por desnutrición.
El trabajo inicia con el testimonio de los padres de Kenyerber Aquino Merchán, un bebé de 17 meses que murió por desnutrición severa. El niño nació sano y pesaba casi tres kilogramos, pero a su madre, María Carolina Merchán, le picó un mosquito y se contagió del virus del Zika cuando él tenía tres meses. Esto ocasionó que no lo pudiese amamantar y como no tenía los recursos para adquirir la fórmula láctea, dejó de percibir los nutrientes necesarios.
Según The New York Times, pese a que las cifras de muertes por desnutrición continúan siendo un secreto bien guardado por el gobierno venezolano, los médicos en 21 hospitales públicos de diecisiete estados del país dijeron que sus salas de emergencia están atiborradas de menores con desnutrición severa. «El hambre ha azotado a la nación y ahora está matando a niños».
Meridith Kohut e Isayen Herrera, autoras del reportaje, exponen que las familias de bajos recursos como la de Kenyerber, son las más vulnerables. Los padres pasan días sin comer y, a veces, terminan pesando lo mismo que un niño y muchos bebés mueren porque es difícil encontrar o poder costear la fórmula para el tetero, incluso en salas de emergencia.
El gobierno venezolano ha intentado encubrir la gravedad de la crisis y ya prácticamente no emite estadísticas de salud. Esto genera un clima en el que los doctores a veces temen registrar casos y muertes ligados a los fracasos de la política pública, reza el texto producido por Craig Allen, David Furst, Meghan Petersen, Andrew Rossback y Greg Winter.
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