En las recientes elecciones regionales celebradas el pasado 15 de octubre, nos conseguimos con un sorpresivo mapa teñido de rojo, donde el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) con 5.788.000 votos, lo que refleja un 53,7 % resultó ganador, mientras que la Mesa de la Unidad Democrática alcanzó el 46,2% con 4.972.000 votos. Muchas aristas han surgido desde el anuncio del primer boletín, tanto de fraude como de abstención, sin embargo son diversos los factores que se ven implicado en tan espontáneo resultado, que para algunos ya se veía venir.

Sin duda alguna hay cosas importantes que debemos mencionar, el ventajismo donde el CNE fungió o hizo que los electores de una u otra forma fuesen reubicados de sus centros electorales en menos de 48 horas, hasta en algunos casos el mismo día de las votaciones, que las elecciones no cumplieran con el tiempo debido para realizar una campaña electoral adecuada, que no se haya verificado el padrón electoral, que se haya permitido la presencia de puntos rojos alusivos a los candidatos del gobierno en las afueras de los centros electorales; en conjunto, esa cantidad de obstáculos, ese ventajismo jugó un rol importante, sin embargo hay cosas que debemos rescatar, hubo casos de centros donde retiraron nuestros testigos, en maquinas donde votaron 99 % de los electores y sitios emblemáticos para el oficialismo como Cuidad Chávez se le prohibió el acceso a nuestros testigos.

En consecuencia, no podemos negar también, que la abstención o el discurso abstencionista dividió nuestra votación, quizás esto pude haber contrarrestado un poco lo que sucedió, que la abstención haya triunfado no es culpa de los que no votaron, es culpa de nosotros los lideres que quizás no comunicamos como se debió para emocionar a los jóvenes que dejaron de votar, para emocionar a esa población que decidió no participar, sin embargo, debemos reconocer que hubo fallas y que debemos levantar la cabeza y seguir adelante. A pesar de lo sucedido, debemos luchar para que hayan cambios en el ente electoral, que se busque un sistema imparcial, debemos luchar para que eso suceda; esta lucha no termina y esta lucha la debemos continuar hasta lograr el sueño de todos los venezolanos que es la libertad, un futuro de progreso y la construcción de una mejor Venezuela.




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