El síndrome genitourinario menopáusico es llamado así desde el 2014 por la Sociedad Norteamericana de Menopausia. Esto describe los diferentes signos y síntomas que puedan presentar las mujeres aun cuando todavía no ha desaparecido la menstruación o haya llegado la menopausia.
Esta etapa de la vida de las mujeres es importante ya que los síntomas que presentan pueden repercutir en su vida social, familiar y de pareja, afectando su calidad de vida.
Dentro de los síntomas que pueden manifestar se encuentran la falta de energía, disminución de la libido, pérdida de la orina al esfuerzo, resequedad vaginal o falta de lubricación, labilidad emocional, insomnio, entre otros.
Pero uno de los síntomas principales y que se manifiestan con frecuencia en un 40% son los cambios a nivel vaginal, con presencia de irritación, sequedad en la entrada de la vagina y falta de lubricación, con signos importantes de lo que se conoce como atrofia vaginal, afectándose principalmente las relaciones sexuales; todo esto debido a la disminución de los estrógenos.
Actualmente se cuenta con alternativas de tratamientos no hormonales como la aplicación del plasma rico en Plaquetas con factores de crecimiento con una acción regenerativa del tejido, que lleva a aumento de la lubricación tanto en la entrada de la vagina como dentro de ella, mejorando los síntomas de resequedad, ardor, picazón y dolor durante las relaciones.
Otro tratamiento alternativo es la utilización de láser intravaginal, cuando incluso se agrega la sintomatología urinaria; ambos procedimientos realizados, al ser aplicados como coadyuvantes al tratamiento de terapia de reemplazo hormonal puede existir una mejora del 100% de estos síntomas tan molestos para la mujer.
Lo relevante de estas terapias no hormonales es que pueden ser aplicadas para aquellas mujeres que tienen contraindicada la terapia de reemplazo hormonal o que tengan antecedente de haber padecido de cáncer.
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