Desde siempre una de las artimañas más usada por todo gobierno autoritario es la de desviar la atención del pueblo por las tantas dificultades que confronta y que, en el momento menos pensado podrían provocar desordenes imprevisibles, hacia problemas de carácter internacional, por lo general creados a propósito. Y así, apelando con énfasis a la “soberanía” nacional,” como está haciendo el compañero Maduro, inventando supuestos atropellos a la libertad y a la independencia económica del país, crea imaginarios enemigos (que en algunos casos hasta se pueden convertir en enemigos concretos), contra los cuales hay que luchar. Por lo general esta lucha no resuelve nada pero sirve para relajar la tensión  y para que la gente no siga pensando en los problemas cotidianos y se  distraiga  con esas amenazas inventadas.

Uno de los ejemplos más clamoroso de esa teoría…picaresca, ha sido el caso  del archipiélago de las Malvinas,  ubicado justo frente a las costas argentinas  y que desde 1833 constituye un dominio colonial británico pero que Argentina siempre ha reclamado como territorio proprio y que sin duda alguna  hubiera encontrado una solución viable a través de la diplomacia.

Tienen que saber que en abril de 1982 la situación socio-económica de Argentina era poco menos que dramática. La inflación era sumamente alta, muchas actividades económicas se habían paralizado porque el gobierno no ofrecía suficientes garantías de estabilidad, el desabastecimiento de artículos de primera necesidad había alcanzado límites de guardia, el empobrecimiento de la clase media aumentaba día tras día, el poder adquisitivo de los sueldos era cada día menor, la delincuencia se había adueñado del país. Ahora bien, frente a ese cuadro realmente dramático y que recurre con demasiada frecuencia en tantos países de América Latina, el presidente de Argentina  de aquel entonces, el general Leopoldo Galtieri,  jefe de una junta militar, en sintonía con esas artimañas que acabo de mencionar y para tratar de desviar la atención del pueblo, decidió invadir a lo macho esos territorios en discusión y de hecho ocupándolos.

Es muy posible que Galtieri no contara con la reacción decidida del gobierno inglés, en aquel momento dirigido por la “dama de hierro” Margaret Tacher la cual, en cambio, aceptó el reto, mandando unos buques de guerra y tres submarinos nucleares que, en poco tiempo volvieron a ocupar la isla. El saldo trágico de ese enfrentamiento provocado por un acto de locura de Galtieri, fué de 650 muertos argentinos y de 250 muertos ingleses.  Está demás decir que en Argentina la derrota del conflicto precipitó la caída de la junta militar dirigida por el general Galtieri. Ahora bien, ¿porqué he querido recordar este triste acontecimiento acaecido hace 37 años? Sencillamente porque el tiempo pasa, las situaciones cambian pero la mentalidad de “ciertos gobernantes” (o seudos gobernantes) sigue igual de retrógada y de limitada. Y así, en nombre de un demagógico panamericanismo o de un anti imperialismo equivocado, para tratar de desviar la atención del pueblo de los inmensos problemas que vive el país, muy probablemente por culpa de ello mismos, buscan pretextos vacuos, inventando imaginarios confictos con el peligro de embarcarse en una carrera loca hacia el abismo de una guerra. A tal propósito, un famoso presidente americano solía decir  ..Patriotism is the last refuge of  scoundril”- EL patriotismo es el ultimo refugio del incompetente y del bribón! Cuanta verdad!

Desde Italia –  Paolo Montanari Tigri

 




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