Las santamarías estaban abajo, los sucesos ocurridos la noche del martes la tenían preocupada. Eso no evitó que grupos de vándalos llegaran hasta su local en la avenida Lisandro Alvarado golpeando las rejas de seguridad. Los nervios se apoderaron de Sandra Hernández, dueña del comercio. Dentro estaban cuatro mujeres jóvenes, una señora de 74 años y una niña de seis.
No pensaron que en plena luz del día iban a ser víctimas de sustracciones ilegales. Todo comenzó a las 11:00 a.m, los restos de escombros en la avenida y de los comercios robados eran deprimentes. Pero el vandalismo no paró. Un grupo de aproximadamente 300 personas se concentró en la empresa Servicio de Comedores Industriales Falcón (Sercoinfal).
Con fuerza tumbaron la santamaría y en sacos se llevaron los productos alimenticios. Comisiones mixtas de la Policía Nacional Bolivariana (PNB) y Policía de Carabobo observaban desde lejos la situación. Eran muy pocos para la cantidad de gente violenta.
Algunos funcionarios de la Policía del Estado le quitaban los alimentos que robaban los vándalos para su propio beneficio. A la 1:00 p.m. cientos de personas seguían sustrayendo los artículos de la empresa.
Esto incentivó que otro grupo buscará más comercios para seguir con el ataque. A las 12:00 p.m. el objetivo fue Supli Alimentos Bore, comercio de Sandra Hernández. Eran unas 100 personas que golpeaban sus santamarías.
La dama relató que al escuchar los gritos subieron al segundo piso del comercio para saber que ocurría, vieron la gente, todos agresivos. Exigían que les abrieran el local y al no obtener respuesta comenzaron atacar el vehículo de los dueños.
Las mujeres se vieron obligadas a subir la santamaría. Se llevaron todo el inventario, lo poco que tenían. Sustrajeron un filtro de agua y una mesa.
El pánico y la tristeza son los sentimientos que más recuerda Hernandez. No las golpearon, pero vieron cómo todo el esfuerzo de su trabajo desapareció en manos delictivas. La niña sufrió un ataque de nervios, gritaba y lloraba. A los delincuentes no les importó.
La Guardia Nacional Bolivariana (GNB) logró dispersar a las personas que robaban, pero ya era demasiado tarde.
El futuro del negocio es impreciso, por ahora lo mantendrá cerrado. Sandra Hernández no descarta irse del país. Este fue un golpe bajo, la decepción en su voz es potente.
Biomercado de Paraparal afectado por la delincuencia
Todo fue planeado. Los grupos delictivos saben con anticipación cuál será el comercio víctima de robos. Así lo relató uno de los vecinos de la urbanización Los Cerritos de Paraparal que prefirió no identificarse por seguridad.
Desde las 6:00 a.m. un grupo violento se acercó a Biomercado. En el transcurso del mañana logró meterse al estacionamiento llevándose los artículos externos del supermercado. La Guardia Nacional Bolivariana (GNB) y la Policía de Carabobo dispersó con bombas lacrimógenas y disparos.
Al mediodía, un grupo de personas se acercó nuevamente al supermercado. Esta vez fueron más contundentes, pero no lograron entrar. La GNB y la Policía de Los Guayos dispersaron con bombas a los delincuentes.
Resultaron heridas 10 personas que se dedicaban a los actos vandálicos y dos efectivos de la guardia con objetos contundentes.
Varios de los heridos fueron trasladados al Seguro Social de Paraparal. El recinto de salud no permitió verificar los datos de los lesionados.
Martes oscuro para comercios en la Gran Valencia
El martes en la noche la ola de vandalismo se intensificó en la Gran Valencia. La Cámara de Comercio calcula más de 48 locales víctimas de los actos vandálicos.
Violentos y armados, así llegaron a una panadería en la avenida Lisandro Alvarado. Gregorio Castellano, dueño de local estaba allí. Sus ojos presenciaron cómo los delincuentes desvalijaron su negocio. No pudo hacer nada, llamo a la policía pero nunca llegó.
¿Los vándalos? sus propios clientes, personas de los barrios cercanos que corrían de un lado a otro entre los comercios “como locos”. Golpearon con fuerza al local hasta que lograron entrar, rompieron las vitrinas y se llevaron toda la mercancía.
Los instrumentos de trabajo cómo las rebanadoras también fueron robados. Castellano se quedó en las afueras del negocio hasta la 1:00 a.m. Sus ojos reflejan la terrible noche que pasó, varias de las trabajadoras estaban allí en la mañana, lloraban, su fuente de ingreso familiar fue destruido.
Por ahora fue obligado a cerrar la panadería, debe sacar cuentas, no sabe si podrá reabastecer el local. Son nueves familias que se quedaron sin el sustento monetario.
En la misma avenida, a pocos metros otros comercios corrieron con la misma suerte. Es un desastre total, las aceras llenas de los desperdicios luego de una noche de vandalismo. En la mueblería Cociven se llevaron todo.
Solo quedan restos de vidrios, dueños y trabajadores. Pérdida total, esas fueron las palabras del director del lugar, por el momento Cociven cerrará. El comercio tenía una trayectoria de más de 20 años.
De tres cavas, una sola sobrevivió a la sustracción ilegal en una pollera de la zona. Las mesas y productos alimenticios desaparecieron. Del local dependen 16 familias, anteriormente contaban con 38 empleados, pero los problemas económicos obligaron al dueño a reducir su personal. Ahora los actos delictivos acabaron con la fuente de empleo.
Los anaqueles chinos sufrieron los mismos daños, la pérdida económica es incuantificable. Los delincuentes no dejaron ni la caja registradora. Estos actos se repitieron en La Candelaria. Negocios cercanos al periférico sufrieron daños.
Desde temprano, dueños de negocios de La Candelaria se llevaron los equipos más costoso y la mayoría de sus mercancías, hasta que termine la situación tensa en la región.
En La Isabelica el Inces y un comercio fueron violentados. La historia se repite, grupo de personas se acercaron al local, abrieron un boquete en la pared, entraron y se llevaron toda la mercancía, se trataba de una quincallería.
En el Inces delincuentes entraron a la institución, hurtaron equipos de computación, aires acondicionados, enseres de oficina, medicamentos y equipos quirúrgicos.
El director Regional del Inces en Carabobo, Guillermo Soto, acusó a estos grupos delictivos y señaló que una camioneta blanca Pick Up que estaba en el estacionamiento fue incendiada.
Productos Amadio en La Florida fue otra de las víctimas. Al menos el 50 por ciento de sus productos de charcutería fueron robados.
En El Libertador, negocios cercanos al mercado mayorista de Tocuyito fueron agredidos y violentados. Unos de ellos fue el Autoperiquito Los Hermanos con una pérdida de 70 por ciento, según lo relató el dueño que prefirió no ser identificado.
Naguanagua fue otra de las zonas más afectada por los actos de vandalismo la noche del martes.Puede leer sobre estos hechos aquí.