Es 21 de mayo de 2018, un día después de las elecciones presidenciales pautadas ilegalmente por la Asamblea Nacional Constituyente. Fecha en la cual los resultados comiciales anunciados por la presidenta del Consejo Nacional Electoral a favor de la reelección de Nicolás Maduro no sorprendieron a nadie. La sorpresa fue la cantidad de votos sacados supuestamente  a su favor, por cuanto la estimación que tenían los oficialistas eran 10 millones de sufragios para el mandatario nacional y no los 6 millones 120 mil votos anunciados por Tibisay Lucena. Demasiada cantidad para los pocos electores que salieron a ejercer su  derecho al voto y que se visualizaron por la televisión o en los recorridos a los principales centros de sufragio del país,  los cuales prácticamente estaban vacíos.

El triunfo de Nicolás Maduro en las elecciones presidenciales del pasado domingo 20 de mayo de 2018 no fue una novedad. Su éxito ya estaba  previamente establecido antes de ese proceso, caracterizado por la desobediencia a la ley electoral por parte del candidato oficialista, quien, sin ningún pudor ni temor a la sanción jurídica correspondiente, ni siquiera se   separó del cargo como Primer Mandatario Nacional, como se encuentra estipulado legalmente. Tampoco dejó de usar los recursos públicos para hacer su propaganda política electoral y garantizar votos a su favor a través del pago de bonos por altas sumas de dinero y la entrega de  comida  en las cajas del Clap, no repartidas en muchas parroquias de Venezuela  desde el año pasado, seguro para usarlas en estas elecciones  para chantajear y  comprar la conciencia de aquellos venezolanos desposeídos económica y académicamente. Entre 5 y 10 millones de bolívares se pagaron a muchos para que sufragaran por Nicolás Maduro, mientras que a otros votantes los esperaban en la puerta del centro de votación, le quitaban sus cedulas de identidad y votaban por ellos por el Jefe del Estado y nadie les exhortaba a corregir ese acto ilegal. En la población de Quisiro, estado Falcón, muchos recibieron 10 millones de bolívares para que votaran por Nicolás Maduro. Los “beneficiarios”, que prefieren resguardar sus nombres para evitar represalias, cuentan que aceptaron ese chantaje por la necesidad económica que tienen para comprar alimentos. Ese dinero lo destinarán a la compra de comida y medicinas.

Lo singular en este proceso comicial es que el candidato perdedor Henry Falcón no reconoce la victoria de Nicolás Maduro.  Tilda ese proceso eleccionario como ilegitimo al comprobar el establecimiento de los llamados puntos rojos oficialistas muy cerca de los centros de votación y el uso del carnet de la patria para chantajear a los votantes. Los representantes del gobierno   garantizaron  pagos y bonos sorpresas a quienes votaran por el presidente Maduro. Exige en consecuencia, la realización de nuevas elecciones que sean transparentes y probas. El otro aspirante no triunfante, Javier Bertucci también critica fuertemente esos comicios.  Con sus propios ojos comprobó cómo la gente del oficialismo violentó los acuerdos firmados preelectoralmente y al igual que Henri Falcón descubren tardíamente las causales por la cuales los representantes de la Mesa de la Unidad Democrática y del  Frente Amplio por Venezuela no quisieron participar en esas elecciones. Descubren a destiempo los por qué  exigían a las rectoras del CNE que se postergaran, así como la garantía de su transparencia y que los electores  tuvieran la posibilidad de elegir, además de votar.

Tanto a Henry Falcón como a Javier Bertucci se les pidió en más de una ocasión que abandonaran sus aspiraciones  a la presidencia de Venezuela, porque esos comicios estaban plagados de irregularidades que erradicaban todos los principios electorales democráticos. No obstante, hicieron caso omiso a tales petitorios. Será por qué formaban parte de ese circo electoral o por qué creían que sus nombres tenían mucho peso en el mundo político electoral y podían acabar con la serie de  “ajustes” electorales que se realizan desde  hace 20 años en el CNE para garantizar el triunfo del candidato oficialista a la presidencia de la República?

Lo cierto de todo ésto es que Henry Falcón y Javier Bertucci coadyuvaron a que la presidenta y las rectoras del CNE declararan a Maduro como ganador de la recién contienda electoral   con más de 6 millones de votos, por cuanto si ellos no hubiesen participado en esas elecciones de origen dudoso y participación muy escueta, un poco más que los sufragantes de las elecciones de los constituyentistas, el presidente Maduro se hubiese visto forzado a declinar en esa aspiración a destiempo, mientras que las rectoras del máximo organismo comicial tendrían  que haber corrido la fecha para diciembre 2018, porque era el mes en el cual correspondían hacerse, pues la asunción del poder se realiza el cinco de enero, según lo consagrado en la Carta Magna.

Ellos, Falcón y Bertucci,  son corresponsables de que Venezuela se haya tenido de rojo electoralmente. Un rojo de la muerte, porque con Nicolás Maduro en el poder  y los representantes de su partido en todos las instancias del poder de los estados y municipios jamás se va a salir del hambre ni de la miseria que las políticas pro comunistas dictadas desde Miraflores han sucumbido a los venezolanos. No será por medio de otro gobierno de Nicolás Maduro que Venezuela retorne a la prosperidad económica ni al abastecimiento de supermercados y farmacias de productos alimenticios y medicinas de distintas marcas y precios, por cuanto no ha entendido que la causa del desabastecimiento en el país es el Socialismo del Siglo XXI, como sistema de gobierno y no es precisamente la guerra económica a la cual invocan cada día para culpar a terceros del fracaso de su modelo económico de tendencia castro comunista.

Nicolás Maduro logró ganar estas elecciones presidenciales, aunque su convocación y resultados son dudosos, por cuanto fue la Asamblea Nacional Constituyente la convocante, aunque externa, como internamente es considerada espuria, mientras que Tibisay Lucena le endorsa a su triunfo más de 6 millones de votos, cuando la realidad es que los distintos centros de votación del país estaban prácticamente vacíos. Será que esos 6 millones de habitantes son en realidad la cantidad de personas que poseen el carnet de la patria y automáticamente  las máquinas de votación del CNE oficialista le contabilizan su voto, aunque no hayan sufragado personalmente? Son interrogantes y dudas que menoscaban la transparencia de este proceso comicial viciado desde su llamamiento, desarrollo y cierre.

La  meta  del oficialismo era sacar 10 millones de votos, un poco más de lo que supuestamente obtuvieron en la elección de los representantes de la Asamblea Nacional Constituyente, proceso en el cual el ausentismo de votantes en los centros de votación del país fue total. No obstante, Tibisay Lucena dictaminó que más de 8 millones de venezolanos respaldaron la creación de esa instancia política paralela a la Asamblea Nacional, creada con el fin de sabotear las funciones de la Asamblea Nacional consagrada en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela. En esta oportunidad le sumaron más de 6 millones de votos a Nicolás Maduro para su reelección. Sin embargo, en muchos centros hubo un poco más de votantes que en el los comicios de la Asamblea Nacional Constituyente. Por qué  Tibisay Lucena   dice  que son   6 millones 120 mil votos los que respaldaron la reelección de Nicolás Maduro y 10 millones de sufragios que era el número estimado que tenían como meta? Será por qué saben que si le endorsan 10 millones de sufragios a  favor de Nicolás Maduro se hace más ruido en la comunidad nacional e internacional, la cual no reconoce los resultados de estos comicios por su falta de probidad? Realmente Nicolás Maduro pudo ser reelegido cuando tiene un 82 por ciento de la población en su contra, debido a la hambruna, represión, muertes y éxodo que ha provocado? Podrá Nicolás Maduro en un nuevo período  presidencial de seis años frenar la crisis económica que el ex presidente Hugo Chávez gestó y el consolidó con sus nefastas políticas económicas pro comunistas?




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