Algunos de los principales centros artísticos y monumentos de Francia, como el Museo de Orsay, el Arco del Triunfo o el Palacio de Versalles, cerraron este martes sus puertas al público por una huelga de sus trabajadores que denuncian que el Estado quiere "deshacerse" de ellos.
Cinco sindicatos (CGT-Culture, CFTC-Culture, CNAC-FSU, Sud Culture y UNSA-Culture) llamaron al paro de funcionarios contra una reforma del Ministerio de Cultura por la que unos mil 500 trabajadores pasarán a cobrar de estos centros y no del ministerio, como sucedía hasta ahora.
Para las organizaciones sindicales "el proyecto lleva la firma (...) de un nuevo abandono del Estado", denunciaron en un comunicado en el que apuntaron a una "lógica empresarial" y a la "deriva comercial de los establecimientos públicos".
El plan del Ministerio empezará a aplicarse de manera progresiva desde el primero de enero de 2019 y se extenderá a otros centros en 2021.
Los museos afectados son el de Orsay, L'Orangerie, Versalles (a las afueras de la capital) y los establecimientos que dependen del Centro de Monumentos Nacionales en distintos puntos del país, como el Castillo de Vincennes, el Panteón de París, las torres de la catedral de Notre-Dame o el Arco del Triunfo.
Los sindicatos, que recordaron que un proyecto similar afectó al museo del Louvre y a la Biblioteca Nacional con François Mitterrand en 2003 y que esto es una prolongación del mismo, prometen continuar con las movilizaciones a partir del 20 de junio.
El Ministerio de Cultura defendió en la prensa que el texto intenta evitar una doble gestión y promete que no afectará al estatuto de la función pública de los trabajadores. EFE