«Vamos según lo planeado para cumplir la fecha que nos habíamos puesto para la destrucción total a finales de 2023», indicó a la AFP un portavoz del Pentágono.
«Más del 90% de los stocks de Estados Unidos han sido destruidos y su estado, así como los progresos efectuados, son regularmente transmitidos a la Organización Internacional para la Reducción de Armas Químicas (OPCW, por sus siglas en inglés)», añadió.
Reconoció que la fecha límite se había ido retrasando a lo largo de los años, argumentando que fue por razones «técnicas» y «no por falta de presupuesto».
Por su parte el presidente ruso Vladimir Putin anunció el miércoles la destrucción de las últimas armas químicas rusas, acusando a Estados Unidos de arrastrar los pies para deshacerse de sus propios stocks.
«Ya han retrasado tres veces la fecha de la destrucción, incluso bajo el pretexto de la falta de presupuesto lo que, francamente, parece extraño, pero bueno… esperamos que Estados Unidos y otros países cumplan todos sus compromisos adquiridos en el marco de acuerdos internacionales», señaló.
Más de 200 países han adherido a la convención de 1997 que prohíbe la búsqueda, producción, almacenamiento y empleo de armas químicas. Según la OPCW, el 96% de las armas declaradas por los países firmantes de dicha convención han sido destruidas bajo su supervisión.