¡Si, hay mucho por cambiar en la Venezuela del 2023!
Los años vividos en Venezuela hasta el presente han dejado dolor ciudadano, sufrir nacional, retrocesos marcados. Efectos ciudadanos, sociales y políticos negativos mayores ahora nos quedan como derivados de la improvisación, de la negligencia, y del crudo confrontar social y político.
¡Desgaste innecesario y sin razón para nuestra patria!
¿Cuánto malestar que se enraizó en tanta manipulación, demagogia, desgaste, repartida a diario, a diestra y siniestra, y sin sentido?
¡Ha sido el efecto de los tiempos de demagogos y sus demagogias, ocupados por muchos años en “echar” a andar las historias de las sociedades, de la cultura nacional, y de parte de la ciudadanía misma!
Hemos, al presente, las consecuencias de tanto proceder mórbido del ser ciudadano humano descarrilado a lo largo de su evolución ciudadana, colectiva, que se acostumbró a ser, ver, pensar y actuar con respuestas que nos desviaban ante las exigencias y necesidades sociales del pais.
Sin embargo, las respuestas de manipulación y demagogias pueden no estar presentes, o ser de baja magnitud, según sean las personas y/o las condiciones que aparezcan en el intercambio del evolucionar personal y social.
La presencia humana (directa y abierta) presente en forma de especulación y manipulación demagógica, en personas en particular o entre sociedades completas, complejas o parciales, han sido (y siguen) divulgadas en la historia diaria y en el habla personal y social.
¡Lo más grave es que en el parecer, poca fue la atención urgente que recibieron, y que hoy continúan recibiendo!
¡Sin dudas, aun en las sociedades democráticas, ha sido siempre necesaria la vigilancia para analizar, conocer y disminuir o frenar, la manipulación y la demagogia desbordada que circule en la sociedad humana!
Manipulación y demagogia son conceptos gemelos, realzados y vitalizados, que se destacan en tiempos de crisis sociales, económicas, éticas y políticas.
El demagogo (o la demagoga) son organizadores ideológicos claves de los individuos o de las sociedades humanas cuando éstos, como intermediarios, requieren propuestas ardientes y estímulos motivadores para las transformaciones exigidas bajo presión o apuros.
El demagogo presenta propuestas que, en la realidad, no necesariamente conducen a los individuos o a las masas ciudadanas a desarrollar algún cambio o cierta estabilidad, sino que estos elementos (los demagogos o demagogas) los desarrollan como instrumentos, como recursos o activadores, para el logro de sus fines personales o grupales y sociales.
Así, los mecanismos represivos acentúan la autoridad e interfieren la toma de conciencia democrática liberadora por parte de las masas ciudadanas: Esto, hoy presente en Venezuela, como no cesa de verse, es claro en procesos corrientes de manipulación demagógica.
Al expresarse verbalmente el demagogo (o demagoga) acude intencionalmente a las omisiones forzosas; para esto, presenta la información incompleta, “estirada” y confusa, y excluye posibles problemas y objeciones evidentes que pudiesen hacérsele.
El resultado de lo que hace y dice el demagogo es una realidad falseada, aun sin incurrir directamente en las mentiras. Los recursos del despistaje o las evasivas son utilizados hábilmente por muchos demagogos.
Con abierta disposición, astucia y dominio, el demagogo desvía la discusión con un sesgo al llegar a un punto difícil. La técnica es sencilla, pero exige habilidad para no molestar o irritar en demasía a quienes escuchan.
¿Cómo lo hace? ¿Dónde están los detalles efectivos?
Llegado al momento de encontrarse ante un punto delicado, que le haga vulnerable o le lleve a perder el dominio de la situación, el demagogo (a) se dirige (o “salta”) hacia algún tema opcional, quizás sorpresa o incluso novedoso, que domine o que presente alguna ventaja táctica con respecto a sus oponentes o contrincantes.
Como complemento táctico, el demagogo casi nunca responde directamente a las preguntas ni a los desafíos, y se vale de retraídas o “improvisadas” vaguedades para poder “dar la cara” ante quienes le escuchan.
Mediante la eliminación progresiva de las palabras que menoscaban su posición, el demagogo intenta modificar o hacer desaparecer la forma de pensar que pueda oponerse a sus argumentos.
En este sentido y con palabras precisas, Abraham Lincoln (1808-1865), conocido político estadounidense, llegó a decir que: “La demagogia es la capacidad de vestir las ideas menores con palabras mayores”. ¡“Maniobra es palabra muy usada por los demagogos”!
¡Cuidémonos más y más cada día del quehacer dañino de la demagogia, y de sus portadores en todas sus formas, en el nuevo año 2023!
Hernani Zambrano Giménez, PhD.