EFE
El
presidente de la asociación que representa oficialmente a los musulmanes en
Bélgica, Salah Echallaoui, y el gran rabino de Bruselas, Albert Guigui, rindieron
este viernes homenaje a las víctimas de los atentados del 22-M y pidieron unidad contra la
barbarie y el racismo.
No en nombre del islam, reivindicó Echallaoui,
quien afirmó que una de las primeras golpeadas por los ataques es la comunidad
musulmana de Bélgica y lamentó que los
extremistas ensucien el nombre de la religión.
Rodeados de varios imanes de distintas mezquitas belgas, Echallaoui y Guigui han depositado una corona de flores a los pies de
la antigua Bolsa de Bruselas, junto a las ofrendas en memoria de las 32
víctimas del ataque que han ido depositando ciudadanos anónimos en los últimos
días.
La delegación, formada por una veintena de personas, ha mantenido también un
minuto de silencio.
Vamos a actuar juntos, mano con mano, contra el terrorismo y la barbarie,
sentenció Echallaoui. «No debemos darles la ocasión de dividirnos, que es
lo que buscan. Cuando unos nos volvemos contra los otros, ahí logran una gran
victoria».
Los terroristas no hacen distinción entre las religiones, matan a todo el mundo
y es la razón por la que estamos unidos, para mostrar que frente al terrorismo
hay que unir las fuerzas, y todos los ciudadanos deben luchar contra el
terrorismo, afirmó por su parte Guigui.
Ambos coincidieron también en su llamada a la sociedad belga para que rechace
las voces racistas que tratan de estigmatizar a una comunidad, la musulmana, en
palabras de Echallaoui, quien reivindicó la convivencia como uno de los rasgos
definitorios de la sociedad belga.
El terrorismo no selecciona, quiere precisamente destruir el (lema belga)
‘vivir juntos’, nuestra sociedad, tenemos el deber como musulmanes y como
ciudadanos de resistir contra el terrorismo, y también contra el racismo,
recalcó Echallaoui.
