Tal como lo reveló EL TIEMPO el lunes pasado, ya se contabilizan más de 12 muertos como consecuencia de una vendetta entre ‘Yeico Masacre’ y ‘los Melean’. Estos últimos son una poderosa estructura con epicentro en el estado de Zulia, pero con tentáculos en al menos tres países.
Tirso Melean Castellano, uno de sus cabecillas, ranqueado entre los delincuentes más buscados de Zulia, fue capturado en febrero de 2019, con armas y municiones, en McAllen, Texas. El sujeto estaba procesado en su país por asesinato y fuga de presos.
Pero el jefe de la banda es Willy Melean, conocido en el hampa por grabar en video las ejecuciones que ordena.
Uno de esos videos muestra la cruel decapitación de un joven que había ingresado a robar a una de sus propiedades y circuló por redes en 2019. Otro registra la ejecución de dos personas que les habían dado información a las autoridades sobre sus cabecillas.
En Estados Unidos también cayó Alexánder Antonio Melean Castellano, el tercero de los cinco hermanos, quien fue deportado a Venezuela en febrero de 2019. Y en Santa Marta fue asesinado Nelson Melean, en marzo de 2012, quien había sobrevivido a cinco atentados en Venezuela.
En términos de investigación están trabajando sobre ellas. En términos del video, no sabemos si fue grabado en Colombia o Venezuela
Otro de ‘los Melean’, Luis Alberto, de 18 años, fue capturado en Lima el 14 de julio de 2019 luego de haber matado con un bate de béisbol al padre de un compañero. Ese día fueron capturados seis venezolanos más que tenían circular roja de la Interpol.
“Ellos sienten desprecio por la vida humana. Son muy violentos y no miden el daño que pueden ocasionar”, dijo en su momento Óscar Garrido, jefe de la Región Policial Callao, cerca de Lima. Y en enero, Perú anunció la creación de un grupo especial para combatir a estas bandas extranjeras.
Sevicia y venganzas
EL TIEMPO tuvo acceso a un documento reservado en el que inteligencia del Ejército y la Policía Judicial de Migración Colombia advierten sobre el desembarco de esa banda en Colombia con tres objetivos criminales: copar puntos de expendio de droga en las principales ciudades, manejar trata de personas dentro del negocio de la prostitución y perseguir a sus archienemigos.
Estos últimos son parte de la banda ‘Yeico Masacre’, otra organización criminal que antes era uno de los tentáculos de ‘los Melean’, pero que, tras disputas internas por embarques de coca colombiana, se declararon la guerra.
A la estructura se le atribuye el doble crimen del jueves en el que murió Sleiter José Leal, un supuesto cambista venezolano que tenía antecedentes penales en su país. Ese mismo día asesinaron a su mamá y atentaron contra su hijo.
El mismo patrón sicarial se registró en Ibagué. Ese domingo 16 de febrero, pistoleros asesinaron a los venezolanos Giovanni Alberto Parra y a su hijo Diego, de 16 años. El tercer muerto fue identificado como Luis Fernando Moreno.
Bogotá, en alerta máxima
EL TIEMPO reveló cómo la banda de ‘Yeico Masacre’ también se atribuyó los asesinatos en Fontibón e hicieron lo mismo con el triple crimen en Ibagué. En este último episodio, dos de los sicarios eran venezolanos y uno, colombiano.
Este dato confirma la información en poder de este diario sobre el reclutamiento de colombianos por estas bandas que se exhiben en redes con cadenas de oro, fusiles de asalto, pistolas con silenciador y dólares.
La Secretaría de Seguridad de Bogotá admitió este jueves la información revelada por EL TIEMPO y aceptó que el tema preocupa.