Del Prette
Monseñor Reinaldo del Prette durante misa solemne en la Catedral de Valencia. (Foto: Andrés Galindo)

Las anécdotas de Monseñor Reinaldo Del Prette son muchas. Todas marcadas con su sello particular de carisma, elocuencia y alegría. Quienes compartieron de cerca con él tienen gratos recuerdos de quien fue el arzobispo de Valencia por más de 15 años.

Se le recuerda con profundo cariño en medio del dolor que significa su partida con el Señor. Para el párroco de la Catedral, padre Pedro De Freitas, monseñor era un gran amigo.

“Siempre tuvimos una estrecha relación desde 1978 cuando él, siendo el director del Seminario menor de Valencia, me recibió a mí en primer año de bachillerato… En el 83 fue designado director de estudio del Seminario cuando yo entré al Seminario Mayor, y estando ordenado como sacerdote esa relación fue más estrecha a nivel ministerial”.

Al definirlo con una sola palabra, el párroco dijo “amigo” y expresó que ese es el gran vacío que deja en él y que nadie más podrá llenar. “Era mi obispo, pero mi amigo, un hermano”.

Relató que fue a él a quien le correspondió coordinar las exequias de monseñor uy ahora custodia sus restos mortales que están en la Catedral.

Con jocosidad y un profundo cariño dijo que como a más nadie a él le tocó lidiar con Del Prette, porque La catedral es la casa del obispo. “Recuerdo que cuando llegó de Tierra Santa yo le decía a todos que no le preguntaran cómo fue el viaje, porque se extendía por horas”, expresó entre risas durante su participación en la transmisión de El Carabobeño En Vivo del lunes 28 de noviembre.

Una elocuencia particular

Entre muchos recuerdos, el director de estudio de Seminario Nuestra Señora del Socorro, padre Rafael Paredes, resaltó que en una oportunidad hubo una reunión con más de 30 seminaristas y se había acordado que se le realizaría 10 preguntas, “pero a alguien se le ocurrió preguntarle cómo fue su llamado vocacional y habló dos horas seguidas y más nadie pudo preguntar”.

El periodista de la Arquidiócesis de Valencia, Giovanny Zambrano, recuerda con especial cariño las fiestas patronales de las parroquias a las que iba monseñor. “Desde que se bajaba del carro era un abrazo, tomarse fotos, siempre muy ameno… Tardaba casi dos horas para entrar a sacristía porque saludaba a todos”.

Tras su recuperación de COVID-19 acudió a una jornada de Cáritas en Naguanagua de entrega de bolsas de alimentos y estaba feliz, “no había cansancio en él”.

Fue muy cercano, no solo con los sacerdotes, sino con los laicos y ese es otro vacío que deja su muerte.

Su amor por la ciudad y su patrona

Cada 13 de noviembre era una fecha especial para el arzobispo de Valencia. Él disfrutaba mucho oficiar la misa en honor a la patrona de la ciudad.

Ya convaleciente, Del Prette le decía a Zambrano que él podía dejar pasar la celebración del centenario de la Arquidiócesis, pero que su gran ilusión era acompañar a la Virgen del Socorro en su festividad.

Lamentablemente no pudo. Ya estaba en la clínica muy aquejado del cáncer pulmonar que padecía. Sí participó en la ceremonia del 12 de octubre para el centenario de la Arquidiócesis, lo hizo siempre sentado y agradeciendo las oraciones de todos por su salud.

Monseñor Del Prette falleció justo un día después de que culminará la festividad de la Virgen del Socorro el lunes 21 de noviembre, pero siempre estuvo al tanto de todo. El padre Pedro De Freitas lo visitaba a diario.

“El 13 de noviembre después de la misa fui a la clínica y le conté todo… La última vez que lo vi, horas antes de morir, le dije que la virgen estaba visitando la Asociación de Ejecutivos y me apretó la mano”.

El párroco de la Catedral dijo que fue gracias al apoyo y al empeño de monseñor que la virgen recorrió comunidades, escuelas y entes públicos y privados, lo que hizo que la devoción creciera cada vez más.

Como un padre y modelo a seguir lo define el padre Paredes. “Yo soy de la generación Reinaldo y le agradezco por demostrar un sacerdocio tan diferente espontaneo y cercano”.

Zambrano aseguró que Del Prette amó a Valencia como amó a la virgen, y la ciudad lo ama a él. “La gente acompañó a su pastor, llora a su pastor, y su legado está presente en la iglesia carabobeña, venezolana y en el quehacer de la vida cotidiana de nuestra ciudad… Seguiremos sirviendo con alegría, como él lo hacía”.

Valencia acéfala

Con la muerte de monseñor Del Prette, Valencia quedó sin arzobispo y es impreciso saber cuán se hará la nueva designación.

De Freitas explicó que cuando muere un obispo la sede queda vacante y hay dos mecanismos para su ocupación. Uno es que a través del Colegio de Consultores establecido en el Código de Derecho Canónico, se nombre a un administrador diocesano.

La otra forma es que la Santa Sede designa al administrador apostólico, que fue lo que ocurrió con el nombramiento de monseñor Saúl Figueroa quien ahora cuenta con las facultades de obispo diocesano hasta que se anuncie el nuevo arzobispo.

“Es un proceso que la nunciatura apostólica lleva a cabo con una terna de nombres que se leva a la congregación de obispos en la Santa Sede hasta tener tres candidatos que le presentan al Papa, quien tiene la última palabra”.

No hay un tiempo establecido para esta designación. Después que monseñor Jorge Urosa Savino fue enviado a Caracas, pasó un año y medio para que Del Prette fuera nombrado arzobispo de Valencia.

“Valencia está acéfala y esperamos que prontamente eso se pueda resolver en el próximo tiempo con la ayuda de la gracia de Dios”.




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