Carlos Emilio Rangel Sandoval (32) era subgerente de la tienda Ferretotal de Macaracuay y fue uno de los dos
abatidos la noche del martes en un supuesto enfrentamiento con oficiales de la Policía Nacional Bolivariana (PNB), frente al edificio
Continental, en la avenida Los Jabillos de Sabana Grande, cerca del bulevar.
Sus familiares y compañeros de trabajo que acudieron ayer a retirar los
restos en la morgue de Bello Monte, desmintieron la versión policial, aclararon
que Rangel regresaba de su trabajo y se disponía a entrar al edificio, donde
vivía desde hacía un año.
Su esposa María de Los Ángeles Martínez dijo que dejó un hijo de 8 meses.
Trabajaba en el horario de 1:00 a
8:00 p.m, estacionó su carro en la avenida Casanova, subió dos cuadras y estaba a
punto de entrar al edificio cuando se registró el tiroteo.
Rangel cumplió 32 años el lunes, ese martes era el cumpleaños de su esposa,
quien lo estaba esperando para celebrar. Ella observó a través de la ventana
que Carlos Emilio cruzaba la calle rumbo al edificio y no llegó al apartamento.
Al comenzar el tiroteo los habitantes del edificio se resguardaron. Los
funcionarios llevaron a Carlos Emilio al hospital Pérez Carreño, donde
falleció.
De acuerdo con la nota de prensa emitida por la PNB, en el enfrentamiento
murieron dos hombres, uno identificado como Elías Alberto Galíndez Mogollano,
de 19 años, y otro no identificado (supuestamente sería Rangel Sandoval), a quienes les decomisaron una pistola Pietro
Beretta calibre .40 y un revólver Smith &Wesson, calibre 38.
Los familiares del otro fallecido también estaban en la morgue y aclararon
que la verdadera identidad del joven era Cristofer David Galíndez Mogollón, de
15 años, y le atribuyeron el nombre de su hermano mayor.
Cristofer vivía en el edificio del frente, estudiaba 5º grado de primaria y
estaba visitando a su novia en el edificio Continental.
Los vecinos dijeron que los apartamentos fueron allanados por la PNB, mientras la GNB resguardaba los accesos.
El edificio Continental consta de 18 pisos, con 5 o 6 apartamentos por piso,
fue invadido el 13 de mayo de 2006 y expropiado por decreto el 26 de mayo de
2011.
Un familiar de Cristofer dijo que los policías llegaron disparando, pegaron
a todos contra la pared, “yo estaba al frente, salí corriendo y me escondí en
un hotel del bulevar”.
Al menor trataron de auxiliarlo dentro del edificio. Tenía un tiro en la
parte baja de la espalda y sangraba. No podían sacarlo porque el tiroteo
continuaba, lo bañaron, le dieron comida, y cuando iban bajándolo por el
segundo piso, los oficiales lo agarraron y se lo llevaron al periférico de
Catia. Una señora resultó herida.
El pariente de Cristofer dijo que lo vio
en la morgue y tenía tres tiros.
