Luis Alejandro Borrero | @LABC7

En el colegio Cruz Vitale de Valencia no todos los niños están en sus salones. La mañana del jueves algunos esperaban que les abrieran la puerta. Estaban uniformados, listos, pero a destiempo. Era a propósito. “No tuvimos clase las primeras dos horas porque no hay profesores. Por eso estamos llegando a las 10:00 a.m.”, dijo un adolescente con chemise azul.

Los profesores desertaron. Pasó en física, educación física, dibujo técnico y geografía, comentó otra de las aspirantes a bachiller. También puertas afuera de la institución. No había cómo pagarles y los docentes abandonaron sus horas de clase. Orlando Alzuru, presidente de la Federación Venezolana de Maestros, relata que es una realidad dramática por los bajos salarios. “Hay casos en los que nuestros profesores se dedicaron a la economía informal. Lo digo con mucho dolor: algunos se han ido a bachaquear”.

El caso del Cruz Vitale es parecido. La crisis financiera ha obligado a aumentar la matrícula. Los alumnos dicen que al fijar la mensualidad en 13 mil bolívares muchos padres se opusieron. Pero la morosidad es masiva y pone en riesgo que el colegio siga abierto.

En la cartelera del pasillo solo hay dos hojas. Están debajo del mensaje “bienvenidos”. Los documentos señalan los pasos para retirar a los estudiantes. No ha culminado el tercer lapso pero la migración de estudiantes es una realidad que se debe enfrentar. A los padres se les imposibilita pagar 83,86% del salario mínimo en la matrícula del colegio. La Federación no tiene cifras oficiales sobre la migración a instituciones públicas.

Dilci Torrealba es directora del Cruz Vitale. Comentó que solo está faltando el profesor de física: todas las demás vacantes han sido cubiertas. De los 530 representantes hay más de 200 morosos. Se imposibilita que el colegio siga funcionando con una estructura de costos que sube a diario por la inflación. “¿Cómo trabajo si los padres no pagan?”, se pregunta Aida Angulo, profesora de contabilidad en el Cruz Vitale por 11 años. Hay padres con hasta ocho meses de mora en los dos mil bolívares de la actual mensualidad.

En 2015 la Federación Venezolana de Maestros calculó que el déficit de profesores era de 30%. Los puntos claves eran las materias física, química y matemática. Alzuru explica que entre los años 2003 y 2004 el Ejecutivo jubiló a docentes de esas áreas sin tomar previsiones. No se revisó si en las universidades se estaban formando nuevas generaciones de relevo.  “Estamos en una situación aberrante”.

El Gobierno negó los aumentos de matrícula, agregó la directora. Los han visitado desde la Zona Educativa cuatro veces y les han redactado cuatro actas administrativas. Miriam Palencia, vocera de los padres morosos, reconoce la morosidad y dificultades financieras. “Pero su cuestión administrativa no les da derecho a sacar a los niños de aulas porque no han pagado sus papás”. Denunció que la estructura de costos no se ha presentado en tres asambleas de representantes. Pese las diatribas, ambos lados reconocen una cosa: deserción de estudiantes y profesores.

El informe anual del Programa de Educación y Acción en Derechos Humanos (Provea) da una cifra escandalosa. Desde 2003 la matrícula de estudiantes en colegios y liceos solo se ha incrementado en 13 estudiantes. Los 27 mil 626 planteles son insuficientes para la cantidad de alumnos. Sumado a una inflación de 180,9% y una contracción económica proyectada en más de 7% según el Fondo Monetario Internacional, situaciones como las del Cruz Vitale son previsibles. Un docente tipo “1” gana 18 mil bolívares, relata indignado Alzuru a El Carabobeño. La canasta alimentaria supera los 250 mil bolívares. “Si seguimos a este ritmo no habrá docentes en Venezuela”.

Estudiar para enseñar no es atractivo. El máximo rango de docente (tipo “6”) gana cerca de 60 mil bolívares, explica el director de la Federación de Maestros. La seguridad social no está garantizada. Pese a que son quienes más pagan de su salario (5% al Instituto Venezolano de Seguros Sociales; 6% al fondo de vivienda; y más de 2% al fondo de utilidades) un profesor hoy día no puede aspirar a comprar un carro o una casa. La póliza de Hospitalización, Cirugía y Maternidad (HCM) que firmaron con el Ejecutivo en la reciente Convención Colectiva es de apenas 150 mil bolívares para 2015.




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