El comentario generalizado de quienes este Domingo de Resurrección pasaban por la avenida Bolívar norte, era la magnitud de las colas en los alrededores del Abasto Bicentenario. Tanto la preferencial como la normal estaban enormemente largas.
Al igual que este sábado, no se vendió otro producto regulado que no fuera detergente en polvo, pañales y champú. Pero igual el gentío estaba esperando para comprar.
Este domingo correspondía comprar a los ciudadanos, cuyas cédulas de identidad terminaran en 5, 6, 7, 8 y 9. Ese aspecto, aunado al detalle de que en los otros supermercados cercanos no había ningún producto a precio regulado en disposición, hizo que la mayoría de la gente se concentrara allí para tratar de comprar.
En toda el área destinada para la espera en fila, se observaron cientos de vasos desechables, botellas de maltas, pañales desechables usados y hasta botellas de licor. Por supuesto también abundaban los vendedores ambulantes de bebidas, tostones y alguna que otra golosina.
Algunos bachaqueros comentaban abiertamente que hacían la cola porque a estos productos le sacan buen provecho económico.