Ismael Guevara/@silenguevara
Cocodrilos de Caracas y Bucaneros de La Guaira retoman su batalla por el título. Luego del dominio mostrado por los “saurios” en los dos primeros compromisos, la final de la Liga Profesional de Baloncesto se reanuda pero ahora teniendo como escenario el Domo “José María Vargas”.
Amparado por Wendell McKines y un funcionamiento colectivo superlativo, Cocodrilos logró colocar la instancia decisiva 2-0 con triunfos 99-94 y 95-89 en el “Naciones Unidas”, un hándicap muy favorable para encarar el resto de la serie con tranquilidad pese a su condición de visitante en los siguientes tres compromisos.
Bucaneros, por su parte, tratará de revertir su situación con el apoyo de su público y los tres días de descanso que sirvieron para recomponer ideas a su cuerpo técnico y refrescar el físico a sus jugadores.
Tarea nada sencilla el tratar de recuperar el terreno perdido, aunque desde su seno sigue reinando el optimismo y, en especial, el tener ya conocimiento de las fallas cometidas para de ahora en adelante poder aplicar una estrategia diferente.
A saber por el técnico de Bucaneros, Luis Guil Torres, el diagnóstico a la hora de analizar las derrotas pasadas es simple: fallas defensivas. En la previa al choque de éste sábado, el estratega español fue claro en señalar el factor defensivo como el elemento principal a corregir para poder cambiar el libreto, “Nosotros fuimos la mejor defensa de la ronda regular. El año pasado también fue el mejor conjunto defensivo y en esta final no hemos hecho absolutamente nada de lo que trabajamos durante la regular”, afirmó.
Las palabras del ibérico tienen mucho sentido, pues las estadísticas reflejan una superioridad notoria de los “saurios” en varios departamentos. Si bien los varguenses cuentan con piezas en ataque que pueden hacer daño al rival, su defensa ha carecido de efectividad, en especial en la zona de la pintura donde Cocodrilos ha jugado a placer.
Rebotes, segundas oportunidades y puntos en contragolpe han sido parte de los elementos de la fórmula ganadora para los reptiles cuyo funcionamiento ha sido óptimo en el plano colectivo con ejecución a la perfección de la estrategia de Néstor Salazar, pero a su vez también con figuras destacadas en lo individual.
MCKINES HA SIDO EL VERDUGO
Imposible no destacar la labor de McKines, quien desde su incorporación al equipo justo antes del arranque de postemporada, no ha hecho otra cosa más que rendir en grande. Tal y como ha sido su costumbre este año, el norteamericano ha brillado con luz propia en los dos primeros juegos con promedios de 28 puntos y 12 rebotes por choque, líder de la final en ambos apartados.
Y si McKines ha sido el protagonista, Carl Elliott ha sido un estupendo actor de reparto. El MVP de la zafra pasada sigue mostrando su aporte en ambos costados de la cancha para formar con su coterráneo una dupla que ha sido más que letal para Bucaneros.
El aporte defensivo de Lenín López, el liderazgo de César García y la intensidad de Jochuar Palacios viniendo del banco también figuran como factores de peso para que Cocodrilos tenga dos triunfos (lleva ocho consecutivos en estos playoffs) y ya mire más de cerca el poder conseguir el sexto título en su historia.
NIGERIANO ORIAKHI LLEGA
PARA LOS VARGUENSES
El desempeño en la zona de la
pintura ha sido uno de los factores negativos de Bucaneros. Dejan Ivanov, quien
llegó previo a la final para ser el pivot titular, no ha podido mostrar su
mejor forma, pues, pese a su estatura, se ha visto superado por el enérgico y
atlético juego interior de los saurios con Anthony Mitchell y compañía.
Para tratar de contrarrestar esta
dinámica, Bucaneros trae un nuevo importado: Alex Oriakhi. De acuerdo al
periodista Jesús Milano, el centro nigeriano viene de jugar en la Serie A de Italia
con el Orlandina Basket SRL donde dejó medias de 8,8 puntos y 8,6 rebotes.
