AP
El campo de golf
para los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro — retrasado por demandas
ambientales, disputas sobre la propiedad del terreno e incluso dudas sobre si
era necesario construirlo — fue entregado el domingo a los organizadores de la
máxima justa deportiva del año entrante.
El alcalde de Río,
Eduardo Paes, pasó 15 minutos defendiendo el campo, construido en el vecindario
adinerado de Barra da Tijuca, donde se han ubicado la mayoría de las
instalaciones olímpicas.
Paes abrazó al
multimillonario constructor Pasquale Mauro, quien estuvo junto a él en la
presentación. El desarrollador gastó alrededor de 60 millones de reales (16,2
millones de dólares) en la construcción del campo y también está edificando
unos departamentos de lujo, de mármol y cristal, alrededor del curso, que fue
diseñado en una reserva natural.
El nuevo campo
albergará el primer torneo de golf de los Juegos Olímpicos en 112 años,
marcando el regreso del deporte a la máxima justa, aunque en un país donde se
sigue muy poco a esta disciplina.