Luisa
Quintero
La
mayoría de las mujeres ha tenido al menos una vez una infección vaginal, lo que
no debe generar vergüenza o temor para asistir al ginecólogo y consultar sobre
la molestia. Esta patología es común, aunque las causas y síntomas son bastante
diversos.
Eglé
Dávila, especialista en medicina familiar, indicó la vaginosis bacteriana es
una infección muy recurrente en mujeres, que se manifiesta al alterarse el
equilibrio de la flora vaginal debido a un reemplazo de los lactobacilos
vaginales por otras bacterias, en especial por microorganismos anaeróbicos.
Esta
afección no provoca inflamación vaginal y la mayoría de las pacientes no
presentan síntomas, destacó Dávila. Sin embargo, hay quienes sí son
sintomáticas y detectan la infección porque su flujo es de color gris o tienen
un olor fétido. También son frecuentes las vaginosis mixtas, cuya diferencia
radica en que al desequilibrio de la flora vaginal se le suma la proliferación
de un hongo conocido como candidiasis.
Algunos de los factores aumentan las
probabilidades de una infección bacteriana o mixta son el uso de anticonceptivos orales y
métodos de barrera, cambios hormonales del embarazo, diabetes no controlada,
tratamiento con antibióticos, alteración del ambiente vulvo-vaginal, uso
frecuente de prendas de vestir ceñidas y ropa interior sintética, bañarse con
jabones que tengan PH alcalino o la aplicación de duchas vaginales.
Tratamiento
y cuidados
En el
mercado existen diferentes productos eficaces para el tratamiento de la
vaginosis bacteriana o mixta uno de
ellos es mediante el uso de capsulas blandas vaginales que contienen un antimicrobiano como la
clindamicina y un antimicótico como el ketaconazol. Pueden ser utilizadas por
mujeres embarazadas durante el segundo y tercer trimestre de gestación, si a
criterio del médico el balance riesgo/beneficio es favorable, explicó Dávila.
Con
información de Laboratorios Nolver
