Sara Pacheco

Andrés Montes de Oca se levantó muy temprano para cubrir la mayor cantidad de diligencias posibles. Vive en un área acomodada del sur de la ciudad. Revisó su nevera y faltaba lo que siempre falta, sin embargo con una actitud bastante positiva, rasgo que lo caracteriza, ha aprendido a sustituir y resolver. Esa mañana iría a comprar algunos embutidos con el dinero de su bono de alimentación, que le es cancelado a través de su cuenta nómina. Andrés es educador.

Se dirigió a una charcutería donde los precios son bastante solidarios, pero hay que arribar temprano por lo concurrida que es la avenida Bolívar Sur, mejor conocida como Las Ferias. Hizo su cola de dos horas. Pidió lo necesario para alimentar a su familia y uno que otro gustico extra. Al llegar a la caja, se interrumpió el servicio eléctrico. El local no cuenta con planta, así que no funciona el punto de venta. Andrés no tenía efectivo.

Habló con la dueña del local que ya lo conoce, le pidió que guardara lo que ordenó para ir a un cajero. Comenzó el verdadero martirio. En la avenida solo hay uno. Los fines de semana se mantiene apagado o sin dinero. Cuando hay mucha suerte solo realiza consultas. Se encaminó inmediatamente al centro, donde hay más opciones. Abordó el metro y en escasos 12 minutos se encontraba en la avenida Cedeño. La búsqueda inició.

Andrés necesitaba al menos Bs 3000, para su compra y guardar algo para el periódico del domingo. No apartó la posibilidad de una o dos empanadas para salir de la rutina mientras leía el acontecer nacional. Su banco es público. Desde el año pasado los educadores emigraron por órdenes del ministerio. Cuando en una cola para los cajeros, el resto de los ciudadanos se da cuenta de que se trata de un banco distinto, los susurros inician, porque saben que necesitará sacar más de una vez.

Visitó al menos cinco cajeros, ninguno servía o tenía dinero. Las colas en los que sí funcionan, son para espantarse. Andrés estaba a contrarreloj porque el local de charcutería trabaja medio día los sábados. De su banco en específico -Bicentenario-, no funcionan los cajeros en el centro de la ciudad o en la avenida Bolívar. Así que debe sacar de Bs 600 en Bs 600. Algunos tienen hasta dos años fuera de servicio.

La situación ha desencadenado molestia en muchos usuarios, pues con una inflación que sobrepasa la imaginación, y la zozobra de algún atraco, el dinero en efectivo no es lo más ideal. No obstante, las interrupciones eléctricas han hecho del uso de los puntos de venta cuestión de suerte.

Para Andrés no hubo charcutería, pues pasó toda la mañana en el cajero. Resolverá el día siguiente con más empanadas y un periódico seguro.




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