AFP
La estatal Petróleos de Venezuela (Pdvsa) concretó un canje de bonos de deuda por 2.799 millones de dólares, luego de extender tres veces su oferta, lo que le da un alivio financiero para 2017 aunque el país mantendrá un elevado déficit externo, consideraron analistas.
El acuerdo anunciado este lunes intercambia títulos que vencían en 2017 por papeles que expiran en 2020, con el fin de honrar compromisos financieros de corto plazo en medio de la caída de los precios del crudo, generador de 96% de las divisas del país.
«Con todos los tropiezos y las extensiones, haber llegado a la colocación de casi el 40% es una proeza para Pdvsa, porque la oferta podía incluso haberse cancelado», opinó el economista Asdrúbal Oliveros, de la firma Ecoanalítica.
«No es el mejor escenario, puesto que la intención era colocar el 50%, pero tampoco es el peor», refirió Oliveros a la AFP.
Sin embargo, el economista calcula que pese a este respiro, el déficit externo de Venezuela para 2017 será de unos 9.000 millones de dólares.
Inicialmente, la oferta de canje de los bonos con vencimientos programados para abril y noviembre de 2017 se había fijado como plazo el pasado 29 de septiembre, pero finalmente fue colocada el 21 de octubre.
En ese lapso, circularon incluso rumores de que Pdvsa estaba dispuesta a declarar un default sobre esos bonos.
Los papeles canjeados corresponden al 39,43% del monto total del capital por pagar (7.100 millones de dólares), indicó PDVSA. La empresa se había fijado un límite máximo de 75% para el canje.
Los nuevos bonos estarán respaldados por una garantía prendaria con prioridad sobre el 50,1% de las acciones de la empresa Citgo, una filial de PDVSA en Estados Unidos dedicada a la refinación y distribución de gasolina.
También la propia PDVSA se constituye como garante de los bonos 2020.
El canje permitirá a PDVSA ahorrarse 928,6 millones de dólares este año, según la firma especializada Rendivalores.
– Una empresa en tensión –
PDVSA es la principal empresa de Venezuela, el país con las mayores reservas de crudo del mundo, que atraviesa una fuerte crisis económica potenciada por el desplome de los precios petroleros.
El economista Ramiro Molina, profesor de la Universidad Católica Andrés Bello, la describe como «una compañía en tensión», que «en dos años ha visto caer sus ingresos en 70%» debido a la baja de los precios del petróleo.
«Otras petroleras, como BP, redujeron empleados o detuvieron proyectos difíciles, como los de Alaska. Pero PDVSA no despidió a nadie y optó por reducir sus gastos de mantenimiento», explicó Molina a la AFP.
El año pasado, los ingresos de PDVSA fueron de unos 72.200 millones de dólares, frente a los 121.900 de 2014.
«El canje de los bonos constituye una buena señal para PDVSA, porque la compañía va a seguir necesitando hacer operaciones de este tipo a futuro», consideró Molina.
Para Oliveros, el momento difícil que atraviesa PDVSA tiene que ver con «elementos coyunturales», que son la caída de los precios del crudo, y «elementos estructurales», que están relacionados con el régimen de control de cambio de divisas y con las nuevas funciones de la misma compañía.
PDVSA se ve obligada a vender la mayor parte de sus divisas al cambio oficial más bajo (10 bolívares por dólar), que coexiste con otra tasa oficial de alrededor de 650 bolívares por dólar, e incluso con la del mercado negro de más de 1.000 bolívares por billete verde.
«Eso hace que no sea competitiva», señaló Oliveros.
Además, desde hace más de una década, PDVSA asumió el financiamiento y en algunos casos incluso la organización de programas sociales lo que la ha convertido «en una gran corporación de desarrollo», pero la «ha desviado de su actividad medular del petróleo», refirió el economista.
