Sara Pacheco
Rafael Arteaga y Libny Gutiérrez, trabajan desde hace varios
años en una cauchera junto a la Plaza de Toros de Valencia, en la vía al
Hipódromo. El negocio, que da sustento para ambos jóvenes podría cerrar
irremediablemente, cada día se hace más difícil atraer clientes en las
condiciones que los rodean.
Hace dos meses cuadrillas de la Gobernación de Carabobo
iniciaron la construcción de un Bulevar, prometieron que la obra no pasaría los
15 días. Los obreros siguen trabajando, pero Rafael explicó que hicieron todo
al revés. “Comenzaron por lo que debían hacer de último. Rompieron primero las
aceras de toda la calle y ahora están frisando las paredes”.
Esa ruptura del pavimento hace que el negocio vaya en
declive. La construcción del Distribuidor del Sur aunado a lo angosto de la
vía, convierten la avenida en un caos permanente. Por ende los vehículos no
pueden estacionarse frente al negocio para ser atendidos por los muchachos,
quienes se atreven a hacerlo reciben un llamado de atención de la policía por
obstaculizar el tránsito.
¿Cómo hago si tienen que engrasarme los cauchos? ¿Dónde me
estaciono, si no hay espacio?, vociferó un cliente, quien prefirió el
anonimato. Libny, por su parte, se quejó de los accidentes recurrentes. “Semanalmente
ves tres o cuatro porque no se dan cuenta que no hay acera y cuando lo hacen
quieren esquivar los escombros”.
Detallaron además que las casas frente al proyecto,
pertenecientes al barrio Antonio José de Sucre, sufren de proliferación de
mosquitos. Los huecos dejados acumulan agua empozada.
