(foto referencial)

Un adolescente de 16 años acuchilló a cuatro familiares, mató a su madre Mary Rosales y a su abuela Aracelys Hernández, y dejó mal heridos a su abuelo Marcos Tovar y a su hermanita de 12 años, Roselyn Tovar, en un trágico suceso ocurrido la madrugada de este miércoles en un apartamento del piso 5, bloque 8 de Pro Patria, parroquia Sucre, al oeste de Caracas.

Los vecinos amanecieron consternados al conocer del suceso ocurrido aproximadamente a las tres de la madrugada. El muchacho sorprendió a sus familiares mientras dormían, su abuelo de unos 60 años despertó cuando el joven acuchillaba a la abuela y trató de contenerlo. El anciano sufrió herida cortante en una mano y un golpe en la cabeza.
La niña de 12 años logró salir al pasillo pidiendo auxilio, los vecinos la socorrieron y llamaron al 911 para hacer la notificación. La menor fue llevada al hospital Pérez Carreño y el abuelo a Los Magallanes de Catia, mientras en el apartamento en medio de un reguero de sangre quedaron los cuerpos sin vida de las dos mujeres.

Funcionarios de la PNB arrestaron al muchacho, que estaba herido y manchado de sangre. En la vivienda se observaban imágenes religiosas porque la familia practicaba la santería.

Peter Tovar, oficial de la PNB y tío del adolescente, llegó muy consternado y manifestó su sorpresa por lo ocurrido. Dijo que su sobrino era un muchacho normal, aplicado en sus estudios, cursaba bachillerato en el liceo Jesús Obrero, estudiaba dibujo, no tenía vicios, jugaba bascket y “era la adoración” del abuelo.

Tovar aseguró que su sobrino no consume drogas, no tiene problemas psicológicos y es muy querido en su núcleo familiar, por lo que no se explica qué pasó.
El adolescente vivía con su madre y su hermanita en el inmueble con los abuelos paternos y era huérfano de padre. El papá era escolta en un reconocido laboratorio y lo mataron hace siete años en la planta baja del edificio para robarle el arma.

El tío había dejado de frecuentar la zona, desde que mataron a su hermano, debido a la inseguridad. Cuando su sobrino pasó frente a él conducido por la policía, bajó la mirada y le pidió “tío no me dejes solo”.

El muchacho alega que se desmayó y al volver en si no recordaba nada de lo ocurrido.




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