El secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, envió un mensaje de esperanza a los venezolanos ante la grave crisis económica, política y social que enfrenta el país, por el nuevo año que se aproxima de 2019 y las celebraciones para muchos.

Almagro afirmó que la situación en Venezuela, “lejos de irse resolviendo se encuentra cada día más difícil, acuciante y angustiante como nunca”.

El diplomático uruguayo destacó que la comunidad internacional no debe callar ante la vulneración de los derechos humanos.

“No debemos callarnos ante la esclavitud de un sistema que cercena derechos, que genera infelicidad y que no ofrece un sentido de la reconciliación a sus ciudadanos, sino que se jacta de vivir sembrando odio, miedo y miseria».

El defensor de los derechos humanos de los estados americano recalcó que seguirá enfrentando “una dictadura” como la que padecen los venezolanos. “Seguiré a su lado y no abdicaremos en la lucha”.

Almagro sostiene que “las sanciones, las denuncias ante la Corte Penal Internacional, la responsabilidad de proteger el respeto a la constitucionalidad y a los poderes democráticos deben ser la agenda”, “cualquier otra agenda busca validar a los dictadores en sus sillas luego del 10 de enero”.

De la misma forma hizo un llamado a los demócratas del mundo a “no hacer oídos sordos” a lo que reclama la mayoría de la sociedad venezolana.

A continuación resumen del mensaje de Luis Almagro a los venezolanos:

El mundo es consciente de lo que están sufriendo los venezolanos, pero aún no se concretan todos los esfuerzos que se requieren para que todos entiendan la gravedad de lo que allí se padece.

Todavía sorprende que las supuestas ideologías tengan tanta presencia para no permitir observar lo obvio.

El recuerdo de Simón Bolívar solo se empalidece ante la evidencia lúgubre del presente. El Libertador nunca imaginaría semejante desmesura y barbarismo en la tierra que tanto amó.

La dictadura no tiene signo ideológico, solo son eso: momento de la historia que reprimen las libertades en aras de un supuesto “proyecto”, “revolución” o “proceso”. Todas ellas son expresiones falaces que solo esconden la inmisericorde mirada autoritaria hacia el otro, al que tanto le violentan sus derechos básicos, sus derechos humanos y al que se lo esclaviza.

Las dictaduras se terminan e igual ellas siguen en nuestras vidas y sus secuelas son infinitas. Tengo claro que los padecimientos y dolores que ustedes han sufrido – y sufren – han sido y son mayúsculos.

No hay día que no tenga conciencia profunda de todo lo que están padeciendo los venezolanos de a pie. La cantidad de venezolanos que contra su voluntad han tenido que emigrar, para encontrar un destino en diversas partes del planeta, es un dato obvio.

Desde tiempo inmemoriales el exilio ha sido el peor de los castigos del ser humano. No hay “proyecto”, “proceso” o “revolución” que justifique dicho castigo a millones de venezolanos que hoy están sufriendo la separación de su patria, de sus orígenes, de su familia, de sus seres queridos.

El mundo no entiende cómo el valor de la moneda venezolana se esfuma entre las manos. Ya casi no hay manera de medir el proceso económico que ustedes padecen. Ustedes hacen cola para adquirir lo que sea, porque al final del día es mejor adquirir algo que no tener nada porque como el dinero se esfuma entre las manos “el bien” que se adquiere luego podrá ser intercambiado por otra cosa.

No todos en la comunidad internacional lo saben o lo que es peor, muchos lo saben, pero por razones no siempre sensatas, no lo quieren reconocer.

Ya casi no hay manera de mantener una mínima estabilidad en el valor de la moneda. Las convenciones colectivas no logran detener la crisis y los trabajadores del sector salud, eléctrico, comunicaciones, instituciones públicas, educadores y petroleros llevan meses protestando para defender sus reivindicaciones salariales.

Lo que ustedes viven en el día a día es fruto de una enorme maldad de un régimen que les niega su derecho a un recorrido racional justo y democrático.

La lucha del pueblo venezolano es mi lucha y no pienso dejarlos solos, mi misión es que la comunidad internacional entienda, comprenda, se concientice y ayude en lo que corresponda a poner las cosas en su lugar.

La fórmula para derrocar la dictadura nunca ha sido la impunidad ni la indiferencia. Este conflicto solo puede resolverse de dos formas: o los usurpadores del poder siguen en su ultraje a la nación o en algún momento encontraremos en camino democrático en el que la reconciliación nacional y la voluntad de la mayoría sean el nuevo signo de los tiempos que vendrán.

“Sigamos luchando juntos amigos venezolanos que siempre los justos terminan alcanzando sus metas», concretó.

Diego Arrea, el diplomático venezolano también se hizo eco a través de su cuenta Twitter al expresar que: «Nunca, nunca, hemos tenido un mejor y mayor defensor de nuestros derechos que Luis Almagro, que actúa también como la conciencia para muchos que no valoran su independencia y peso internacional indispensable para rescatar nuestra Libertad».




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