Le Noyé (autorretrato) / Hippolythe Bayard, 1840

Por: Luis Cabrera / @salteveneno

El 19 de agosto de 1839, la Academia Francesa de Ciencias anunció al mundo la técnica fotográfica conocida como daguerrotipo, un invento de Louis Daguerre. Sin embargo, esta no fue la primera imagen fotográfica permanente que se obtenía.

Poco más de una década antes, específicamente en 1826, Nicéphore Niépce logró capturar una foto conocida como “Vista desde la ventana en Le Gras” utilizando un proceso denominado heliografía. La lista de inventores detrás procesos fotográficos la complementan William Fox Talbot, Hércules Florence y Hippolythe Bayard, pero Daguerre fue quien consiguió los laureles.

Hay quienes afirman que el destacado matemático, físico, astrónomo y político francés, François Jean Dominique Arago fue el responsable mantener a Bayard a raya, de retrasar la exhibición de sus descubrimientos, mientras Daguerre se adelantaba a presentar los suyos ante la Academia Francesa de las Ciencias, lo que relegó a Bayarda un sombrío segundo plano.

Ese 19 de agosto de 1839, el gobierno francés presentó el daguerrotipo como un regalo de Francia al mundo, y le otorgó una pensión de por vida a su inventor. Mientras que a Bayard no le reconocieron nada. A modo de protesta, Bayard decide hacerse un autorretrato en 1840, que tituló “Le noyé” (el ahogado),. La imagen iba acompañada con el siguiente texto:

“El cadáver que ustedes ven aquí es el del señor Bayard, inventor del procedimiento que acaban de presenciar, o cuyos maravillosos resultados pronto presenciarán. Según mis conocimientos, este ingenioso e infatigable investigador ha trabajado durante unos tres años para perfeccionar su invención. La Academia, el Rey y todos aquellos que han visto sus imágenes, que él mismo consideraba imperfectas, las han admirado como ustedes lo hacen en este momento. Esto le ha supuesto un gran honor, pero no le ha rendido un céntimo. El Gobierno, que dio demasiado al Sr. Daguerre, declaró que nada podía hacer por el Sr. Bayard, y el desdichado decidió ahogarse. ¡Oh los caprichos de los asuntos humanos! Artistas, académicos y periodistas le prestaron atención durante mucho tiempo, pero ahora permanece en la morgue hace varios días, y nadie lo ha reconocido ni reclamado. Damas y caballeros, mejor será que pasen ustedes de largo por temor a ofender su sentido del olfato, pues, como pueden observar, el rostro y las manos de este caballero están comenzando a descomponerse”

Con este acto de rebeldía, Bayard demostró que la fotografía no solo podía reproducir una “realidad”, sino también puede convertir a una farsa (o una puesta en escena) en algo creíble. Convirtió además a la fotografía -a través de ese suicidio simbólico- en una herramienta de protesta, para dar un mensaje, un statement.

Bayard se fue alejando de su invento, desencantado, con un profundo duelo por sentirse desplazado. A veces consideramos que la fotografía puede ser cruel y desagradecida, pero realmente no es la fotografía la culpable. Los intereses y egos hacen más daño de lo que imaginamos. Pareciera que seguimos en deuda con este gran inventor, aun cuando detrás de cada autorretrato está su palpitante legado.




Estimado lector: El Diario El Carabobeño es defensor de los valores democráticos y de la comunicación libre y plural, por lo que los invitamos a emitir sus comentarios con respeto. No está permitida la publicación de mensajes violentos, ofensivos, difamatorios o que infrinjan lo estipulado en el artículo 27 de la Ley de Responsabilidad en Radio, TV y Medios Electrónicos. Nos reservamos el derecho a eliminar los mensajes que incumplan esta normativa y serán suprimidos del portal los contenidos que violen la Constitución y las leyes.