(Foto referencial /archivo)

Un ajuste de cuentas entre grupos habría motivado el asesinato de dos parejas, cuyos cuerpos en avanzado estado de putrefacción fueron hallados dentro de pipotes en una residencia ubicada en la calle 17 de la urbanización Los Corales, en Caraballeda, estado Vargas.

En Los Corales vivían familias clase media de Vargas y a raíz del deslave que arrasó con sus casas en diciembre de 1999, quedaron abandonadas varias quintas que luego fueron invadidas por personas necesitadas de viviendas.

El domingo encontraron los cuerpos de Mariluz Suárez (48), su pareja Ernesto Villalba (53), el hijo de la mujer, Marcial Antonio Suárez (25) y la pareja de éste, María Gabriela Delgado (26).

Estaban maniatados, con heridas por arma blanca, con muestras de ensañamiento. Las autoridades no descartan la vinculación con un problema de drogas.

Testigos que declararon en el Cicpc revelaron que vieron salir de la vivienda a un sujeto conocido como “oriente”, quien vivía allí esporádicamente porque lo llevó su amigo Marcial Antonio Suárez.

Oriente se llevó a una niña de 3 ó 4 años, que luego fue ubicada en casa de unos familiares en la parroquia San Juan, de Caracas.

Las autoridades trataban de localizar al hijo menor de la pareja Suárez-Delgado, un bebé de 11 meses de nombre Yubleiker.

Los cuatro cuerpos fueron trasladados a la morgue de Bello Monte, para la autopsia de rigor.

Un familiar dijo que Marcial Suárez trabajaba en el Seniat, de Vargas, y su pareja era ama de casa.

Del inmueble sustrajeron artefactos electrodomésticos, y presumen las autoridades que lo hicieron para despistar y desviar la investigación del verdadero móvil.

Una versión no confirmada indicaba que el cuerpecito del niño de 11 meses habría sido hallado en un afluente del río San Julián, que desciende desde Caraballeda.




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