Aún desconcertado por el 0-2 en contra momentáneo frente a Japón, el director técnico español de Bélgica, Roberto Martínez, entendió que debía explotar una característica esencial del juego y dio entrada al espigado centrocampista Marouane Fellaini para aprovechar la desventaja en altura de los nipones.
Así, primero cayó el descuento en la cabeza de Jan Vertonghen al 69´, una revancha personal para el hombre que con un error en marca tuvo responsabilidad en el primer gol de los asiáticos. Un balón elevado al área y una mala salida del portero Kawashima se combinó para el tanto del central del Tottenham.
Cinco minutos después, con la misma frialdad con la que Japón había sacado la ventaja, Fellaini en una labor más de segundo delantero de área, como acompañante de Romelu Lukaku, definió con un cabezazo la igualdad belga luego de un centro por banda izquierda de Eden Hazard. Historia nueva.