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Según una nota de Bloomberg, el gobierno de Nicolás Maduro, hizo un contrato con la empresa estatal rusa Goznak para imprimir un número indeterminado de billetes o piezas de 10.000, 20.000 y 50.000 bolívares, a través de un contrato que significaría una erogación de US$7,4 millones.

Los billetes originales de la ampliación del cono monetario a denominaciones de 10.000, 20.000 y 50.000 bolívares fueron fabricados por la Casa de la Moneda, pero aparentemente la ausencia de materia prima, prácticamente imposible de importar, hizo que el Banco Central de Venezuela acudiera a un proveedor ruso para lanzar una nueva remesa de estas especies monetarias, destaca Banca y Negocios.

La nueva emisión de billetes tendría un valor consolidado equivalente de 143 millones de dólares, lo que significa que, a tasa oficial, representaría 20% del monto de dinero circulante que, de acuerdo con el más reciente registro del BCV, es de 713 millones de dólares.

La crisis de efectivo se ha vuelto a agudizar y, aunque el bolívar ya no es la moneda que domina en el mercado, sigue siendo necesaria para operaciones de menudeo, como el pago de transporte público. De acuerdo con la estadística más reciente del BCV, el efectivo circulante representa 7,61% de la liquidez monetaria, cuando, en condiciones normales, debería ser equivalente a un mínimo de 11%.

En diciembre de 2019, el billete de 100 bolívares -una denominación absolutamente inútil- fue el de mayor volumen en circulación con 874,8 millones de piezas, seguido de la especie de 500 bolívares, con 736,1 millones de unidades.

Los billetes nuevos de 10.000, 20.000 y 50.000 suman un volumen en circulación de 112,8 millones de unidades que representan apenas 2,31% del total de piezas disponibles del cono monetario vigente que, al cierre de 2019, era de 4.884,8 millones de papeles.

Según el registro más reciente del BCV -diciembre de 2019- hay 24,7 millones de billetes de 10.000 bolívares en circulación, menos de una pieza por habitante; 49,1 millones de 20.000 bolívares y 39 millones de 50.000.

Si los datos de Bloomberg son correctos, la nueva impresión va a contribuir poco a resolver la crisis de efectivo que viene padeciendo la población por años.

El año pasado, De La Rue, uno de los fabricantes de billetes más grandes del mundo, tuvo que encajar un pasivo de casi US$23 millones, debido a deudas pendientes con Venezuela.

Según su sitio web, Goznak puede producir hasta 11,000 toneladas de billetes al año. También imprime pasaportes y sellos.

Con información de Bloomberg.




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